jueves, 18 de septiembre de 2025

EL “EMPORIO” COMERCIAL CREADO DESDE HERVÁS POR ANICETO GARCÍA -2ª parte-

EL “EMPORIO” COMERCIAL CREADO DESDE HERVÁS POR ANICETO GARCÍA (principios del siglo XX) -2ª parte y fin-

Copyright@2025Pedro Emilio López Calvelo

Tal como indicamos en la entrada anterior, dedicada al comerciante hervasense Aniceto García Sánchez, esta entrada la dedicaremos a narrar algunas vicisitudes de los intercambios comerciales dentro del “emporio” de Aniceto García; en concreto nos centraremos en un episodio comercial que ocurrió hace algo más de un siglo, en el verano de 1911. Se trata de una pequeña muestra de este comercio internacional que desarrolló nuestro protagonista con diversos lugares del mundo (en este caso con Inglaterra y Francia) y, a la vez, de una muestra de cómo funcionaban los negocios en un tiempo donde no se disponía de ordenadores ni internet, ni tan siquiera de teléfono, y donde la confianza mutua entre los comerciantes negociadores era fundamental para el funcionamiento de los negocios.

Hemos conocido los pormenores de estas negociaciones comerciales que comentaremos gracias, ya lo dijimos también en la entrada anterior, al minucioso cuidado con el que Aniceto García guardaba toda la documentación de los negocios que llevaba a cabo (con todo tipo de notas de pedido, facturas, letras de cambio, cuentas bancarias, copiadores de cartas comerciales -a veces, como ocurre en este caso, con intervención de traductores necesarios para poder entenderse entre los comerciantes de distinta lengua-, etc.).

En 1911 Aniceto García debió plantearse una ampliación geográfica de sus mercados comerciales. Por lo que hemos detectado, era habitual pedir consejo al banco (en este caso al Banco Hispano Americano, con el que trabajaba frecuentemente) para que le dieran direcciones y le pusieran en contacto con posibles socios comerciales de garantía. Tras las sugerencias del banco, Aniceto García entró en contacto comercial ese año con la casa comercial francesa de Antonio Decugis (Halles Centrales – Casa de Comisión para la venta de frutas y legumbres) y con las casas inglesas de James Bradnum (Home, foreing and colonial produce) y H. Goodall Jr. (English and Foreing Fruiterer), a las cuales hará exportaciones de fruta durante ese año, en concreto, envíos de ciruela claudia. 

De estas casas comerciales, con la que más negocios realizó Aniceto García en 1911 fue con la casa inglesa de James Bradnum que tenía sucursales de mercado en Londres (en el mercado de Coven Garden) y, además, en las ciudades de Cardiff, Hull y Liverpool (de tal forma que las ciruelas claudias que Aniceto García enviaba a J. Bradnum vía Londres, llegaban después a los demás mercados ingleses).

Las primeras comunicaciones entre Aniceto G. y J. Bradnum son de toma de contacto y de establecimiento de las condiciones que regirían sus intercambios comerciales: y aquí es donde, como decíamos, debía establecerse una confianza mutua para el mejor funcionamiento del negocio común: el comerciante inglés recibía la mercancía sin un precio establecido, comprometiéndose a venderla en las mejores condiciones posibles, remitiéndole a Aniceto G. después la notificación del importe del beneficio del negocio y haciendo el pago bancario. En la primera carta, fechada el 5 de julio de 1911, Aniceto García se presenta al comerciante inglés indicándole que está vendiendo ciruelas claudias en la plaza de París y sugiriendo el envío a Londres de unas remesas de las mismas ciruelas “para venderlas por mi cuenta, abonándole la comisión que tenga estipulada para estos casos” ¹ y pidiendo consejos sobre la forma de realizar los envíos. 

El puerto de Londres en 1890. 
Foto: https://www.istockphoto.com/

La contestación no se hizo esperar y el día 9 de julio J. Bradnum contesta con una carta en la que dice admitir los envíos de ciruela (de las que debía haber bastante demanda en Inglaterra ya que eran exportadas, también, desde Murcia, Zaragoza y Lérida) y le explica detalladamente cómo debía realizar los envíos:

Embases: Se exporta la ciruela en Inglaterra, sea en cestas de 11 kg. netos (llamadas aquí sieves) o bien en cajitas y cajoncitos de 1 kg. las primeras y de 3 a 5 kg. los segundos. Las cajitas contienen 20, 40 o 48 frutos cada una, cada cajita lleva la marca y el número de ciruelas contenido. Estas cajitas vienen luego atadas en bultos de 10 o 12 cajitas, y en cada atado sólo se pone cajitas de un solo tamaño y marca […].

Modo de remitir: Las remesas tienen que ir dirigidas a mi nombre a Boulogne sur Mer (Norte de Francia) de donde serán reexpedidas diariamente sobre uno de los cuatro mercados donde estoy establecido, según las previsiones más favorables del momento sobre cada plaza”.

Aniceto García contestó también con rapidez y, en carta del día 14 de julio, le comenta al comerciante inglés que ese año la cosecha había sido bastante escasa por lo que debe venderse a un buen precio, que podría disponer de 2000 o 3000 kgs. de ciruela para la exportación y que, siguiendo sus instrucciones, podría hacerle el primer envío en diez o doce días.

En contestación del día 19 el comerciante inglés le indica el precio que tiene la ciruela procedente de otras zonas de España, le dice que 2000-3000 kg. es una disponibilidad pequeña de producto (ya que algunos otros productores con los que trabaja le envían hasta 2000 toneladas de ciruelas) y le insiste en el mucho cuidado que hay que tener en el embasado del producto, aconsejándole que se deje guiar por su experiencia como comerciante. 

Entre los días 2 y 4 de agosto, Aniceto García remite a J. Bradnum 23 y 25 bultos de ciruelas. En la correspondencia, además de felicitarse mutuamente por haber llegado a los acuerdos comerciales comunes, nuestro paisano le comenta lo costoso que es la recolección de la ciruela (muchísimo trabajo y gastos inmensos), la buena calidad y el alto precio a se están vendiendo éstas en España, rogándole se esfuerce en sacar el mayor beneficio posible. En las breves contestaciones de los albaranes el inglés le comunica que “la venta es buena. Continúe pues hace falta fruto gordo, aunque le especifica que procure enviar la fruta menos madura ya que alguna remesa ha llegado en malas condiciones al estar excesivamente maduras las ciruelas gordas y que se aplique en el empaquetado ya que, al ser fruta de buena calidad, podría venderla muy bien. Le comenta, también, por carta que el mercado está en buenas condiciones y pienso que continuará a serlo para el buen fruto, pues el de Francia, que ha faltado muchísimo de agua, es chico y de allí que falta fruto gordo sobre la plaza. Le indica el comerciante inglés que no dude en seguir enviándole remesas siempre que sea fruta de calidad y le vuelve a insistir en la importancia de cuidar el empaquetado: “Esmere-se en el embase: que el fruto de cada cajita sea todo de un mismo tamaño y limpio de color, es decir, que no tenga trazas de estar picado por el gusano. Por fuera, las cajitas tendrían que ir mejor marcadas […], indicando el número de frutos contenidos, es decir, más claro 16, 20, 40, 48. Es todo cuanto puedo decirle por hoy, repitiéndole de asegurarse de partidas de fruto gordo y bonito, que en esto está el éxito este año”.

Por carta de contestación de Aniceto García el día 5 de agosto sabemos el precio a que se estaba vendiendo la ciruela:caja de 20 ciruelas a 4 chelines y las de 40 a 10 y 8 respectivamente […]. Con estos precios creo podré salvar compensándome un poco sea el mucho trabajo que esto origina […]. Nada le digo, nada más que siga defendiéndome cuanto mejor el fruto por ir muy esmerado como Vd. ve

Por la correspondencia de esos días intuimos que las expectativas de ventas por parte del comerciante inglés eran altas durante esos días, aunque le advierte al comerciante hervasense, con precaución, la posibilidad de una bajada repentina de precios. 

Anuncio Revista Ferias y Fiestas, Hervás. 1951

Pero el optimismo en el comercio de estos primeros días de agosto de 1911 se va a ver repentinamente truncado por una circunstancia ajena a los dos comerciantes: en una carta del día 9 de agosto, el comerciante inglés avisa de una huelga que paraliza todo el tráfico de Londres, en vista de lo cual tendré que vender todo lo que llegue en Hull u otros mercados del Norte, por lo que le pide que mande mercancía más espaciada ya que está teniendo muchas dificultades para retirar la mercancía del puerto de Londres por interponerse los huelguistas”. Y procede a detallarle circunstancias de la huelga: En las estaciones del Sur, hay actualmente cerca de 50.000 bultos de todas procedencias que están en el mismo caso y lo peor es que muchas casas no tienen sucursales como yo sobre otros mercados, no pueden dar salida a sus mercancías, las cuales están pudriéndose demorando así en las estaciones. Hay esperanzas de que se normalize la situación dentro de poco porque esto no puede durar. La huelga ésta principió por los empleados de los docks -muelles-, extendiéndose luego con los carreteros y otros obreros de varias corporaciones: en total, se dice que hay en este momento unos 125.000 huelguistas, parando todo el tráfico en Londres, inmovilizando todo esfuerzo en favor de las mercaderías sufriendo retraso.

En carta del día 12 de agosto, el comerciante inglés le indica que ha podido retirar, bajo protección policial, los bultos que le había enviado Aniceto García (52 cajas de ciruela), pero le advierte que el fruto había sufrido mucho las consecuencias de no ser retirados a tiempo y que los mercados están totalmente desorganizados, por lo que el precio de venta no ha sido bueno: La huelga lo ha destrozado todo pues ha llegado todo el fruto cuasi podrido por haber estado varios días de más en camino o en las estaciones sin que se pueda retirar. No se sabe lo que va a pasar pues ahora los obreros de los ferrocarriles amenazan de declarar la huelga.

En cartas de los días 15 y 18 de agosto escritas desde Londres se expresa con claridad el desastre que se produjo con las frutas enviadas por Aniceto García: Le confirmo mi carta del día 12 y adjunto le mando dos cuentas de venta, sus remesas de 52 y 42 bultos, cuyos resultados son desastrosos, y lo siento mucho, después de haber hecho todo lo posible en defensa de sus intereses. [...] La remesa de 14 bultos se vendió ayer en Hull, en donde el mercado era mejor que en Londres […]. Perspectiva: Hay demanda para el buen fruto en buena condición de modo que puede Vd. seguir con fruto verde para que llegue bien a estos mercados. Yo procuraré hacerle recuperar la pérdida sufrida estos días pasados”; “Siento que los resultados por causa de la huelga solamente hayan sido tan malos, pues desgraciadamente sus dos remesas más importantes han llegado justamente en el peor momento y es una lástima. Como Vd. habrá visto, no le he contado comisión ninguna en la cuenta de venta para los 52 bultos, pues no he querido que todo lo pierda Vd. Estos malos resultados son desastrosos para todos, porque también yo he tenido reclamaciones y quejas que, más o menos, tendré que atender para no perder mis compradores

En una carta fechada en Hervás el día 16 de agosto, Aniceto muestra gran pesimismo por la operación y por el futuro de nuevos intercambios y le dice al comerciante inglés: "Crea Vd. que esto me ha desanimado por completo para lo sucesivo pues según le manifiesto en mi escrito del día 14, al contar con pocos medios de fortuna, esto me ha supuesto una pérdida total del negocio de unas 700 a 800 pesetas que me cuesta mucho trabajo subsanarlas [...], así es que si Vd. con su claro entendimiento en esta materia me aconsejara en alguna ocasión el trabajarlas con provabilidad de utilidades si me decidiera, en caso contrario creo desisto de esto. Si la castaña Vd. ve que no tienen tantas contingencias me decidiré, pero si Vd. viera que puede ocurrir lo mismo que con lo que nos ocupa, le agradeceré sus consejos quedándole altamente agradecido por este motivo".

Desde nuestra vista actual podemos pensar que 700-800 pesetas no es mucho dinero. Consultada la inteligencia artificial sobre la equivalencia actual de este dinero, ésta nos indica que las cifras pueden variar según el indicador adoptado (salarios, IPC,...), pero que estarían entre los 5500 y 6500 euros actuales: como se aprecia, una considerable pérdida económica la sufrida en por Aniceto García en esta experiencia comercial.

A pesar del desastre con la venta de las ciruelas claudias, el espíritu comercial prevaleció y el comerciante inglés se interesó por la calidad de las castañas de la zona (también habla de nueces frescas y secas) y le indicó a Aniceto García ciertas sugerencias para el envío de castañas a través de Vigo, por si estuviera interesado en continuar con sus intercambios comerciales. 

No hemos indicado cómo se hacía el transporte de la ciruela desde Hervás hasta Londres. Al parecer había un intermediario-comisionista en Irún (empresa Echeandía y Cía., empresa que le había sido recomendada por el Banco Hispano Americano): Aniceto García enviaba los bultos conteniendo las cajas de ciruela a la población de Hendaya por ferrocarril; esta empresa intermediaria se hacía cargo del envío y, previo pago de los derechos de aduana, los bultos eran enviados a la estación de la población francesa de Boulogne-sur-Mer, donde se hacía cargo de ellos el sr. J. Brandum (o algún agente suyo), que los distribuía entre sus sedes de Londres, Cardiff, Hull y Liverpool (y, también, por ferrocarril a París, como veremos, a casa del Sr. A. Decugis). Por otra parte, también sabemos que los pagos a Aniceto García los hacía el comerciante inglés a través de la intermediación de un banco francés (Comptoir National d´Escompte de París) que, después, abonaba las cantidades en el Banco Hispano Americano de Madrid, donde tenía cuenta bancaria Aniceto García. 

Hasta aquí llega la documentación que hemos encontrado de los intercambios comerciales entre Aniceto García y el comerciante inglés James Bradnum en 1911. Hay documentación, más escasa, de la continuidad de sus actividades comerciales en 1912 que fueron interesantes y un tanto diferentes ya que -según se deduce de la correspondencia- vino a Hervás, para colaborar en la selección y empaquetamiento de las ciruelas, el francés Fernando Laborderie, miembro de la empresa J.F. Laborderie et Fils (de St. Céré-Lot), amigo y colaborador de confianza del Sr. J. Bradnum. Al parecer, por lo que se deduce de la documentación, fue una estancia en Hervás satisfactoria y productiva, que complació a todas las partes implicadas en el intercambio comercial. 

Pero, como dijimos, Aniceto García mantuvo intercambios comerciales internacionales con otros países y otros comerciantes. Con el comerciante francés Antonio Decugis entró en contacto entre mayo y junio de 1911, en fechas aproximadas al contacto con J. Bradnum, estableciendo las condiciones de venta de ciruelas claudias, ciruelas que, como en el caso del comerciante inglés, fueron enviadas a Francia, por el mismo sistema que a Londres, en el mes de julio y los primeros días del mes de agosto, pero, por el alto precio de los gastos de transporte y la buena cosecha de ciruela en Francia, que hizo bajar los precios -según expresó el comerciante Sr. Decugis-, se detuvo la exportación días después. 

Ese mismo mes de agosto de 1911 un nuevo comerciante se puso en contacto con Aniceto García interesándose en la exportación de ciruelas, castañas, … se trata de la empresa H. Goodall Junior (English and Foreing Fruiterer) de Wolverhampton. Se conserva la documentación del contacto inicial mantenido, notificándose mutuamente las condiciones de venta de los productos, pero no tenemos constancia de que este contacto comercial fraguase en nuevos intercambios comerciales, ya que no hemos encontrado notas de envío y cartas de pago que los acrediten.

Hasta aquí las experiencias comerciales de Aniceto García en 1911 que nos habíamos propuesto narrar en esta entrada. Como se puede apreciar, todo un complejo comercial sorprendente -al menos desde los ojos actuales- para un laborioso comerciante ubicado en un pequeño municipio de una región fundamentalmente agrícola y ganadera en aquellos momentos. La documentación conservada en el archivo de Casa Chino es tan abundante y cuidadosa (y exigiría un análisis muy, muy detallado para conocerla en detalle) que desconocemos si hay constancia de intercambios similares en otras épocas (además de ésta que hemos tratado hoy de 1911): la que aquí hemos relatado llamó en seguida nuestra curiosidad y entendíamos, nos proporcionaba un ejemplo estupendo de este activo comercio hervasense durante sus casi cien años de pervivencia y, creíamos, podía ser de interés general (y, por eso, la hemos contando en esta entrada).

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Queremos terminar esta entrada incluyendo las imágenes de algunos membretes de cartas comerciales nacionales incluidas en el fondo documental de Casa Chino: bonitos membretes que nos aportan la información del amplio espacio geográfico que abarcaban las relaciones comerciales de Aniceto García.(Un membrete es el encabezado de un documento que contiene información relevante sobre el remitente. El membrete es una herramienta esencial en la comunicación comercial ya que no solo cumple con una función de identificación, sino que también contribuye a la construcción de la marca).













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DE INTERÉS sobre el texto de la entrada anterior: Miguel Ángel Comendador, nieto del comerciante Aniceto García, nos ha hecho llegar algunas precisiones y matizaciones sobre los datos familiares que incluimos en la entrada anterior. Además, nos ha indicado otras actividades de interés desarrolladas por su abuelo. Hemos hecho las modificaciones y añadidos adecuados a esas precisiones en esa primera entrada y, para su más fácil identificación, hemos dejado subrayados los aspectos modificados o los párrafos ampliados, pensando que así se facilita la identificación de los cambios para quien ya haya leído la entrada. Queremos agradecer a Miguel Ángel Comendador sus valiosas aportaciones.

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NOTA

¹ Todos los entrecomillados "..." de esta entrada se refieren a documentos (cartas, escritos, notas de venta, etc.) conservados en el archivo de Casa Chino.

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Queremos agradecer a Delfín Amador, propietario de Casa Chino -como ya indicamos en la entrada anterior-, que nos haya permitido la consulta de su fondo documental y su autorización para contarlo en este blog.

DERECHOS: El texto de esta entrada en el blog TRASUNTOS DE HERVÁS II no ha sido nunca publicado tal como aparece compuesto en esta entrada del blog. La propiedad intelectual de dicho texto pertenece, por tanto, al autor del blog (Pedro Emilio López Calvelo -pedroemilio100@hotmail.com-).

La reproducción total o parcial de este texto en una publicación o cartel deberá hacer constar con claridad su autoría, así como la referencia de la publicación en que hubiera sido previamente difundida por su autor. Su uso comercial y/o público queda supeditado a la expresa autorización del autor.

domingo, 31 de agosto de 2025

EL “EMPORIO” COMERCIAL CREADO DESDE HERVÁS POR ANICETO GARCÍA -1ª parte-

EL “EMPORIO” COMERCIAL CREADO DESDE HERVÁS POR ANICETO GARCÍA (principios del siglo XX) -1ª parte-

Copyright@2025Pedro Emilio López Calvelo

He pospuesto esta entrada unos días (días de "zozobra y pesadumbre") por el enorme incendio de la sierra que nos ha tenido a todos los hervasenses con el alma en vilo y el corazón en un puño. Pero, con el propósito de no romper la tradición de  hacer al menos una entrada al mes en este blog de Trasuntos, es hora de dar salida a este texto, que será doble y que espero que sea de interés.

Según el diccionario de la Real Academia de la Lengua, la palabra emporio puede tener varias acepciones: 

(Del lat. emporium ´mercado´, ´factoría´, y este del gr. empórion ´mercado establecido en suelo extranjero´):

1. Lugar donde concurren para el comercio gentes de diversas naciones. 

2. Ciudad o lugar notable por el florecimiento del comercio y, por extensión, las ciencias, las artes, etc.

3. Empresa o conjunto de empresas florecientes.

4. Gran establecimiento comercial donde se puede comprar todo lo necesario en una casa (El Salv. y Nic.)                                                                                  https://dle.rae.es/emporio

   Todas estas acepciones nos sirven para definir el negocio que Aniceto García Sánchez tuvo en Hervás desde principios del siglo XX y que se prolongó durante buena parte de este siglo XX. Para quien no identifique el negocio al que nos referimos debemos hacer notar que, para muchos hervasenses, fue el comercio conocido como Casa Chino, situado en la calle del Relator González (aunque, en realidad, nunca tuvo ese nombre oficial) en el mismo lugar donde hoy existe un gastrobar que lleva el mismo nombre: Casa Chino. En este establecimiento, y gracias al cuidado que ha tenido en la restauración del edificio su actual dueño (Delfín Amador, a quien debemos agradecer su facilidad para acceder a la documentación conservada), puede observarse, en el primer piso, la oficina desde la que se gestionaba este negocio y en la que, en la pequeña exposición que se muestra actualmente, pueden apreciarse algunos ejemplos (letras de cambio, cheques bancarios,…) de la intensa actividad comercial que mantuvo el notable comerciante Aniceto García con medio mundo (Latinoamérica, Europa,…).

   Hacer una biografía, siquiera de mediana extensión y profundidad, de la vida y actividad comercial de Aniceto García superaría con mucho las intenciones de esta entrada y llevaría un tiempo y un proceso investigativo muy complejo. La meticulosidad con la que este importante comerciante hervasense realizaba el registro de su actividad comercial (copias de pedidos, facturas, duplicados de cartas comerciales,...) hace que la documentación conservada sea notable y, por tanto, se hace muy compleja su investigación detenida. Por otra parte, su interesante -aunque desconocida- vida personal y pública -que, en parte, puede seguirse a través de documentación del Archivo Municipal-, completarían un trabajo que, como hemos indicado, superaría, con mucho, las posibilidades de una modesta entrada en nuestro blog.

   Por ello, centraremos la entrada en dos aspectos: unas breves notas biográficas de Aniceto García adivinadas a través de la documentación archivística para conocer un poco a este complejo personaje y el análisis de un curioso episodio -puntual en el tiempo- de la muy interesante actividad comercial de este desconocido, pero destacado, comerciante de Hervás. Y como, al escribir este texto, consideramos que es muy extenso para una sola entrada, haremos dos entradas seguidas: una en la que trataremos de diferentes aspectos de la biografía de Aniceto García, y una segunda en la que narraremos las peripecias ocurridas en un curioso negocio comercial ocurrido en 1911 y que nos servirá para entender las dotes y potencia comercial de nuestro protagonista.

   Aniceto García Sánchez nació en Hervás el 17 de abril de 1875, hijo de Eusebio García y de Hilaria Sánchez que habían contraído matrimonio en 1862. Era el menor de ocho hermanos (Gregorio, Candelas, FranciscoJulián, Calixto, Segundo, Celestina  y Aniceto) y quedó huérfano de madre siendo aún un niño. Su padre, Eusebio (que en documentos de los años 80 del siglo XIX aparece -desconocemos la causa- con los apellidos Iglesias Hinjos en lugar de García Ordóñez), tenía su domicilio en la calle Fábrica -hoy Pizarro-, y, según consta en el padrón de vecindad de 1884, ejercía como hilandero; en el padrón industrial de 1897-1898 aparece inscrito como propietario de una tienda de mercería ubicada en la calle Collado. En el censo de habitantes de 1895 Eusebio Iglesias aparece inscrito como comerciante y su hijo Aniceto, que contaba con 20 años de edad, aparece ya inscrito también como comerciante.

 En el Archivo Municipal hemos encontrado la documentación relativa al expediente de Quintas para el reemplazo del Ejército para el año de 1894 en el que aparece Aniceto Iglesias Sánchez -recordemos el cambio de apellidos familiar durante unos años- en la que se indica “de Eusevio e Hilaria, de Hervás, medido tubo la talla de un metro seiscientos siete milímetros (1607). Nada alegó. El Ayuntamiento oído el parecer del médico le declara Soldado Sorteable”.  (AMH Leg 123/2).

   Unos años después, el periódico El Ambrot - Semanario Independiente, que se publicó en Hervás entre noviembre de 1904 y abril de 1905, informa, en el apartado de Noticias, durante el mes de abril -días 1 y 8- que “el domingo último fue pedida la mano de la simpática señorita Teresa Comendador para nuestro querido amigo Aniceto García”, y “en el día de mañana se publicará la primera amonestación del activo e inteligente comerciante, nuestro particular amigo, Aniceto García y de la distinguida Srta. Teresa Comendador. Reciban los futuros contrayentes nuestra más cordial enhorabuena”. El matrimonio, que debió celebrarse en ese mes de abril de 1905 tuvo seis hijos (Ramón -1906-, Aurora -1907-, Amparo -1909-, Ángeles, Celestina -1918-, y Teresa -que falleció muy joven-). (Periódico El Ambrot, 1 y 8 de abril de 1905 -Consorcio Museo Pérez Comendador-Leroux, 2005).

   El negocio comercial lo inició, por tanto, el padre de Aniceto (Eusebio García o Eusebio Iglesias, indistintamente); durante un tiempo se incorporó al negocio de la mano de su padre, apareciendo en los documentos comerciales como Eusebio García e Hijo ya en 1894. El padre, Eusebio, debió fallecer en marzo o abril de 1906, fecha a partir de la cual ya aparece Aniceto García en exclusiva como detentador del negocio comercial. Desconocemos si la vivienda-edificio en que hoy se desarrolla el negocio Casa Chino en la calle Relator González nº 16, y que fue el domicilio social y casa familiar de Aniceto y su familia hasta el cierre del negocio a finales de los años 80 del siglo XX, la construyó él o si fue fruto de una compra y adaptación posterior para el negocio: el caso es que en la fachada de la vivienda aparece la cifra “1896” junto con las iniciales A.G. -Nos aclara un familiar que el negocio estuvo inicialmente en la esquina de la calle Collado con Relator González -en el lugar donde luego estuvo el negocio de Los Muchachos- y que la casa de Relator González 16 la adquirió Aniceto García en 1910 y, más tarde, la aumentó con la casa situada en el número 2 de Subida a Santa María-.


   Aniceto García, siguiendo la estela de su padre, fue un comerciante muy activo y fue, poco a poco, ampliando su ámbito geográfico de actividad comercial que incluía todo el país e incorporando, progresivamente, intercambios comerciales con numerosos países de distintos continentes (Europa, América, …) y que incluía productos tan variados como productos alimenticios (jamones, aceite, alubias, castañas, ciruelas, nueces, higos, pimiento; en general, productos variados del país), mercería, pasamanería, calzado y alpargatas, etc, etc.


  También es interesante indicar que Aniceto García se dedicó a la elaboración y venta de vinos, llegando a contar con una de las bodegas de mayor capacidad de Hervás que estuvo situada en el edificio conocido como del Cabildo -en la calle que hoy lleva ese nombre-.

 Como curiosidad, y como muestra de su poderío comercial, indicar que, cuando se inauguró en Hervás el centro y la línea telefónica en enero de 1931, Aniceto García tuvo el número 4 de teléfono de la localidad (detrás del Ayuntamiento, Juzgado y Cuartel de la Guardia Civil que tenían los tres primeros números).

   Además de comerciante, a través de la documentación encontrada en archivo, hay un aspecto de la biografía de Aniceto García que, quizá, sea poco conocido; nos referimos a su actividad política, centrada especialmente, a la luz de los documentos que hemos encontrado, en el periodo de la II República

   La llegada de Aniceto García a la política local, no obstante, se produjo en el periodo final del gobierno de Alfonso XIII. En febrero de 1930 nuestro protagonista, como uno de los mayores contribuyentes de la localidad, fue nombrado concejal de Hervás por la autoridad gubernativa, cargo de concejal que seguía desempeñando cuando se proclamó la II República. Aniceto García se presentó, formando parte de un partido minoritario -el partido Federal Republicano-, a las primeras elecciones municipales una vez proclamada la II República, obteniendo una gran cantidad de votos, por lo que pasó a formar parte del primer ayuntamiento hervasense de esta II República, siendo elegido como 2º Teniente de Alcalde de esta corporación. Formó parte, también, de la Asamblea Popular Hervasense al servicio de la República. 

   Como concejal de Hervás se incorporó, en abril de 1931, a la comisión gestora de la Diputación Provincial de Cáceres como representante del distrito Hoyos-Hervás y como representante de tal Diputación ejerció en el homenaje que se tributó en Hervás a Enrique Pérez Comendador en agosto de 1932 por haber obtenido el escultor la 1ª Medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes.

  Mantuvo su puesto de concejal del Ayuntamiento de Hervás hasta los acontecimientos de la Revolución de Octubre de 1934, circunstancia por la que, con otros miembros del Ayuntamiento, fue cesado de sus cargos por orden de la autoridad gubernativa el 18 de octubre de ese año.

En algún momento de este periodo republicano, en 1935, Aniceto García se afilió al partido de Izquierda Republicana, de cuyo comité local llegó a ser tesorero y presidente. Como integrante de este partido político, formó parte del Frente Popular que se hizo con la alcaldía de Hervás en febrero de 1936, volviendo a ser elegido concejal y, de nuevo, 3er. Teniente de Alcalde.

   Tras el golpe militar de julio de 1936 fue investigado e interrogado sobre su actividad política durante el periodo republicano, alegando que había dimitido de sus cargos el 12 de julio por disconformidad con determinadas medidas tomadas por el Ayuntamiento. Estuvo preso en la cárcel de Hervás, pero, al no participar de las reuniones y los hechos que tuvieron lugar en el municipio entre el 18 y el 21 de julio para intentar evitar la llegada de las tropas franquistas, pudo librarse del consejo de guerra en el que fueron duramente condenados veintiséis hervasenses -causa 1230- (cinco de ellos fueron condenados a muerte y ejecutados y el resto fue condenado a cadenas de cárcel entre 20 y 30 años, todos ellos por "adhesión a la rebelión"). Aniceto García sufrió, durante varios meses, el castigo de destierro en la localidad cacereña de Jarandilla.

   Entre los aspectos desconocidos de su biografía, en un nivel muy distinto al anterior, hay que indicar que Aniceto García fue uno de los miembros fundadores del Círculo de la Amistad, a principios del siglo XX, siendo tesorero de la primera directiva del círculo.

   Otro aspecto remarcable de la actividad de Aniceto García, más allá, también, de su actividad como comerciante, es el hecho de que formó parte y encabezó la comisión que se creó en Hervás entre finales de los años 40 y principio de los 50 del siglo pasado para la restauración de la ermita de San Antón (ya había formado parte de la comisión que, en los años 20, procedió a la reforma de la ermita de San Andrés). Esta ermita de San Antón que, al parecer, se había construido para sustituir a la antigua de los Santos Mártires en 1934, presentaba a finales de los años 40 un importante grado de deterioro por lo que se decidió su reconstrucción. Como ocurrió también para la reconstrucción de la ermita de San Andrés unos años antes, se creó una comisión para organizar y recaudar fondos para poder efectuar esta reconstrucción, siendo Aniceto García, como hemos indicado, uno de los promotores. El proyecto de la obra lo realizó el aparejador municipal Francisco Martínez Huertas y, tras varios años de obras que se iniciaron en 1949, la ermita de San Antón fue inaugurada el día 17 de enero (San Antón) de 1953.


   No nos extenderemos más en la biografía de Aniceto García (para ser sinceros, tampoco hemos encontrado más documentación interesante que nos sirviera para “recrear” el resto de sus años de vida en los que, por otra parte, siguió desarrollando su intensa actividad comercial). 

   Aniceto García Sánchez falleció en Hervás el 11 de noviembre de 1965 cuando contaba con 90 años de edad (había enviudado de su mujer, Teresa Comendador, sólo unos meses antes). Su hijo Ramón, como cabeza visible del conjunto de los hermanos que lo heredaron, continuó con el negocio empezado por su abuelo y su padre hasta el cierre del mismo en los años 80 del siglo XX.


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NOTA tardía: Miguel Ángel Comendador, nieto de Aniceto García nos hace notar una serie de imprecisiones familiares que hemos cometido en el texto publicado inicialmente y nos ha comunicado algunos datos interesantes de su biografía que desconocíamos. Hemos corregido e incorporado esta información y, para su fácil localización, la hemos remarcado subrayándola.
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CASA CHINO ANTES DE REFORMA: 




AHORA: 






NOTA
: Agradecimientos a Delfín Amador, actual propietario de Casa Chino, por permitir el acceso a la documentación y a la obtención de imágenes antes de la reforma del edificio.

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miércoles, 16 de julio de 2025

CÓMO SE EVITÓ LA VENTA DEL MONTE CASTAÑAR Y EL ROBLEDO

CÓMO SE EVITÓ LA VENTA DEL MONTE CASTAÑAR Y EL ROBLEDO

Copyright@2025Pedro Emilio López Calvelo

Este es el título de un artículo de notable interés histórico para la localidad de Hervás que Antonio Calzado Arias escribió en la Revista de Ferias y Fiestas de 1999.

Antonio Calzado, un artista polifacético y asiduo colaborador de la Revista de Ferias y Fiestas de Hervás (con artículos de investigación, poemas, etc.), y del que ya hemos trasuntado algún que otro trabajo de investigación (en concreto al tratar sobre la llegada de la luz eléctrica a Hervás -abril de 2021-) y del que también trasuntamos un pequeño perfil biográfico, investiga sobre un documento del Archivo Municipal que aparece sin título -tampoco la subcarpeta en que está guardado-, con el único encabezamiento de a quién va dirigido: "Señora":

Fuente: Archivo Municipal de Hervás

En su escrito, Antonio Calzado hace referencia a cómo el municipio de Hervás, a través de una carta dirigida por su corporación municipal a la reina Isabel II, logró evitar la venta en subasta del Monte Castañar Gallego y de los terrenos de El Robledo (coto y ejido), tal como quedaba prescrito en la conocida como Ley de desamortización de Pascual Madoz de mayo de 1855, que declaraba la venta de todos los bienes pertenecientes a "todos los predios rústicos y urbanos, censos y foros pertenecientes: al Estado; al clero; a las órdenes militares de Santiago, Alcántara, Calatrava, Montesa y San Juan de Jerusalén; a las cofradías, obras pías y santuarios; al secuestro del ex Infante D. Carlos; a los propios y comunes de los pueblos; a la beneficencia; a la instrucción pública. Y cualesquiera otros pertenecientes a manos muertas, ya estén o no mandados vender por leyes anteriores […]" ¹


El texto literal de Antonio Calzado en la Revista de Ferias y Fiestas es el siguiente:

Existe un escrito de 1855 en el Archivo del Ayuntamiento de Hervás que a primera vista tiene un aspecto muy modesto, pues parece un borrador con muchas enmiendas y tachaduras, que con toda seguridad sería un primer intento para la preparación de un documento más importante. Seguramente se redactaría después una instancia con mejor presentación y con escritura más cuidada, como corresponde a que iría dirigido a la reina Isabel II.

No obstante, este escrito proporciona datos muy interesantes para la historia de la Villa y se refiere a un hecho transcendente para sus vecinos, porque es la reacción del Ayuntamiento ante una ley que acababa de promulgarse mediante la cual se venderían en pública subasta todos las propiedades rústicas y urbanas pertenecientes a los "propios y comunes de los pueblos.

Los párrafos que se muestran entre "comillas" corresponden a transcripciones literales del documento, incluso con su misma ortografía.

El objeto del escrito se concreta en pedir que no se pongan a la venta publica el Monte Castañar y el coto y ejido de El Robledo, acogiéndose a las excepciones que figuran en el artículo 2º de la ley. Si tales ventas se hubieran producido, habrían tenido unas consecuencias muy nefastas para los vecinos, privándoles de unos beneficios muy considerables, que son de todos conocidos. Aunque en el escrito se menciona solamente el Monte Castañar se debió suponer que incluía también la dehesa Cruces de la finca Forquito y Pinajarro, que hoy figura en el Registro de la Propiedad como posesión de Hervás desde tiempo inmemorial y el catálogo de la Jefatura de Montes lo designa como el monte número 7. Estos montes fueron donados a la villa de Hervás por la reina Dª. Violante de Aragón, esposa de Alfonso X “El sabio”, en 1264.

El Ayuntamiento consiguió su objetivo, puesto que Hervás conserva la propiedad de estas fincas hasta hoy día, y justo es que se reconozca.

Veamos cual era la situación de Hervás a medidos del siglo XIX:

- Hacía pocos años que se había conseguido emancipar la Villa de la jurisdicción del ducado de Béjar, en 1816.

- En 1820 el número de vecinos era de 665, según el recuento del ducado de Béjar, lo que suponía unos 3.000 habitantes.

- Ya se había hecho en 1833 la división de España en provincias, perteneciendo Hervás al distrito judicial de Granadilla, pero poco más tarde, en 1868, la cabeza de partido se trasladaría a Hervás por ser la población más poblada e importante.

- En 1837 se había promulgado la ley de desamortización de los bienes de la Iglesia, conocida como Ley de Mendizábal, mediante la cual se vende el Convento de los P. Trinitarios, con la expulsión de los frailes. Después de algún tiempo abandonado, lo adquiere el Ayuntamiento en 1842. El templo se convertiría más tarde en la segunda Iglesia-parroquia de Hervás. Este decreto causó la ruina de muchas órdenes religiosas y el enriquecimiento de muchas personas al salir a la venta un número desorbitado de fincas ante una pequeña cantidad de posibles compradores, los cuales pudieron adquirir fincas por precios irrisorios. Por ejemplo, la huerta del Convento se vendió en 3 pesetas, según consta en un documento de la época.

Con el mismo criterio se promulgó otro decreto de desamortización el 10 de Mayo de 1855 por el cual se declaran en estado de venta todos las propiedades rústicas y urbanas que pertenecían a los pueblos como bienes comunales. Está firmada por el ministro de Hacienda Pascual Madoz, autor del Diccionario geográfico-estadístico de 1846, una de cuyas páginas está dedicada a una descripción de Hervás.

Esta ley permitió desprenderse de los bienes que tenían todos los pueblos de la Nación y su adquisición por particulares a muy bajo precio mediante pública subasta. Como ya se habían comprado por este procedimiento todos los bienes de la Iglesia, la disposición de capitales sería ahora mucho menor y, por tanto, escasa la puja durante la subasta. Alguien dijo, más tarde: esta ley hizo más pobres a los pobres y más ricos a los más ricos. 

La forma de pago no podía ser más cómoda: una entrega al contado de solamente el 10% del valor de adquisición, durante los dos primeros años pagar el 8% cada año, en los dos siguientes el 7% y en cada uno de los demás años el 6%. Se completaba así la compra a lo largo de 14 años.

El escrito alega una serie de razones para evitar que se pongan a la venta en pública subasta el Monte Castañar y El Robledo, acogiéndose a las excepciones que la ley permitía. No hace ninguna alusión a otras fincas que, con toda seguridad, el pueblo poseía, pues se sabe con seguridad de otras propiedades, tal es el caso de la dehesa de El Orillar en la que los vecinos podían tener ganados sin gastos, según se describe en las Ordenanzas de 1616 (ver artículo de Feria y Fiestas de 1996). Posiblemente el Ayuntamiento consideró más difícil su defensa y quizás podría poner en peligro la del Castañar y el Robledo, para los que tenían buenos argumentos.

Fuente: Archivo Municipal de Hervás

El documento está formado por 8 páginas, que comienza con una introducción de alabanza a la ley, con párrafos como este: “los exponentes, deseosos de contribuir por su parte a tan laudable designio .... harán cuanto esté a su alcance para facilitar la enajenación de los bienes de propios y comunes de la Villa”. Este entusiasmo por perder esos bienes con ventas ruinosa ... ¿? -esta frase está defectuosamente impresa en la Revista- del presupuesto del Estado, nos hace pensar que no eran sinceros, pero sin duda creían defender así unos bienes muy importantes para el pueblo.

Continúa el escrito declarando que no es oportuna la venta del Monte Castañarpor el gran número de máquinas hidráulicas que hay en él y que entretiene de continuo en la fabricación de paños a muchos centenares de hombres, debe su existencia principalmente a la abundancia y baratura de las maderas que el Monte ofrece con ahorro de costosos portes, que no pueden traerse de otro sitio las piezas de grandes dimensiones porque desgraciadamente ningún camino de ruedas conduce a esta Villa y su industria desaparecería sin remedio el día que se venda el Monte”. Es muy curioso que no existiera ningún camino ancho de rodadura para el acceso a Hervás, lo que significa que solamente se podía llegar andando o en caballería y también llama la atención que en aquellos años los telares eran movidos por molinos de madera. 

Además de esto, argumenta que “el vecindario de esta Villa, la más populosa y rica del partido, se aumenta de día en día, y el incremento progresivo de su población es tal que excede los límites de lo increíble: dos, tres y aún más familias viven hoy reunidas en una casa, que, poco tiempo ha, apenas bastaba a un solo vecino; y este hacinamiento de personas ... es muy urgente hacer casa en Hervás, pero si el Monte se vende ni se pueden hacer estas casas y ni reparar las antiguas". Demostrando así que se puede acoger a la excepción 6ª del artículo 2º de la ley, que ampara a “Los montes y bosques cuya venta no crea oportuna el Gobierno”.


Si el escrito no exagera, supondría que está describiendo una época de auge en la actividad económica de Hervás con afluencia de familias de otras poblaciones, como consecuencia del aumento del empleo. La frase de un párrafo anterior de que daba ocupación “en la fabricación de paños a muchos centenares de hombres", es del mayor interés. Efectivamente, poco tiempo después, en 1874, el Ayuntamiento dice que el número de vecinos era de 914, en vez de 665 que había a mediados de siglo, lo que supone un incremento de su población de más de un tercio, en menos de 25 años.

A continuación, recuerda que la ley contiene otra excepción en el apartado 9 del artículo 2º referido a: “Los terrenos que hoy son de aprovechamiento común, previa declaración de serio por el Gobierno oyendo al Ayuntamiento y Diputación provincial”.

Fuente: Archivo Municipal de Hervás

Para acogerse a la excepción argumenta que “no es uno solo, sino muchos los aprovechamientos comunes”, y los enumera así:

1º- El aprovechamiento de las hojas caídas del Monte que recogen "las gentes más pobres o que tiene impedimentos para un trabajo más duro, como son los ancianos y los niños”.

2º- “Son de aprovechamiento común las leñas del Monte, procedentes de limpias, cortas, entresacas, etc. y alcanza a todo el vecindario, proporcionando combustible abundante y gratuito, no solo para los usos comunes, sino también para secar los frutos, tales como la castaña, el pimiento, etc., lo que es indudable, de un valor inmenso”.

3º- “Son de aprovechamiento común las yerbas del Monte para ciertas clases de ganado”.

4º- "Las maderas no son de aprovechamiento común gratuito, pero como los vecinos las obtienen a un precio ínfimo e insignificante, reportan a la industria y al vecindario un beneficio incalculable”.

5º- La castaña del Monte tampoco es gratuita "pero los vecinos, por poco precio, pueden beneficiarse con sus ganados".



Fuente: Archivo Municipal de Hervás

Declara después que "Pertenece también al común de vecinos de esta Villa su coto y ejido denominado El Robledo: en él están las eras donde se trillan las mieses, los ganados del Pueblo pastan constantemente todo el año y de él salen los adobes, el barro y la arena que se emplea en las obras de las casas. Y a él conducen los escombros procedentes de derribos y obras del Pueblo, que carece de baldíos que den el conveniente desahogo que por consiguiente está exceptuado de la venta, como comprendido en el caso 9º del artículo 2º de la ley”. En la época de recolección se usaban las eras para la trilla junto a la ermita de San Antón, lo que muchas personas aún recuerdan y que se han mantenido hasta la década de 1950 en que empezaron a usarse la maquinaria agrícola.

El escrito termina con la fórmula: “así lo esperan de la conocida bondad de Vuestra Majestad” Su fecha es: 30 de Junio de 1855 ².

                                                                                         Antonio Calzado Arias, Abril 1999

Fuente: Archivo Municipal de Hervás


Notas:

¹ Ley de Desamortización de Pascual Madoz de 1855 (1 de mayo de 1855). El texto completo de la ley puede consultarse en: https://derechodelacultura.org/wp-content/uploads/2015/02/3_1_1_esp_l_madoz_1855.pdf.

² Archivo Municipal de Hervás. Legajo 281.

Nota aclaratoria sobre las imágenes: El texto de Antonio Calzado en la Revista de Ferias y Fiestas de 1999 no contenía ninguna imagen. Las imágenes que acompañan al texto en esta entrada proceden: a) las documentales, del Archivo Municipal de Hervás y b) las del Castañar son fotografías del autor del blog.

 DERECHOS: El texto de esta entrada está extraído, íntegramente, de:

     - Calzado Arias, Antonio (1999): "Cómo se evitó la venta del Monte Castañar y El Robledo", en  Revista de Ferias y Fiestas.  Ayuntamiento de Hervás (sin paginar).
    La propiedad intelectual de dicho texto pertenece, por tanto, al autor del artículo Antonio Calzado Arias, por lo que las reproducciones totales o parciales posteriores del texto deben atribuirse a dicho autor.

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