viernes, 16 de septiembre de 2022

HERVÁS: LA PLAZA DE TOROS QUE SE RESTAURÓ EN 1929

HERVÁS: LA PLAZA DE TOROS QUE SE RESTAURÓ EN EL AÑO 1929

Copyright © 2022 Pedro Emilio López Calvelo

Estos días pasados la plaza de Toros de Hervás se ha puesto de moda en las redes sociales al derribarse parte de su recubrimiento exterior de la zona de sombra cercana a la puerta de acceso a la zona de sombra de la plaza. A la espera de que se reparen los desperfectos y se le encuentre un uso adecuado a un espacio tan singular que evite, en el futuro, su deterioro, conviene que nos detengamos un poco en los orígenes de nuestra plaza de toros del Monte Castañar Gallego, reconstruida en 1929 -que sustituyó a otra más primitiva- y remodelada en 1949-1951, que es cuando adquirió su actual aspecto.

Aspecto actual de la plaza de toros

LOS ORÍGENES DE FIESTAS DE TOROS EN HERVÁS

Los orígenes de los espectáculos con toros de Hervás han sido analizados por Marciano de Hervás (Chano) en un interesante trabajo publicado en la Revista de Estudios Bejaranos de 2010 titulado “De las garrochas del Rosario al toro del Cristo de la Salud: 1586-1799”. En este estudio Chano comenta la antigüedad de las fiestas con toros en Hervás (desde el siglo XVI) vinculadas con las celebraciones religiosas desarrolladas en la población (fiesta de Nª. Sra. del Rosario en un principio, más tarde de San Gregorio y San Juan y de la Virgen de las Angustias): en un primer momento, según indica Chano, se desarrollarían en La Plaza, pero, ya en el siglo XVII, pasarían a llevarse a cabo en la plaza de nueva creación que hoy conocemos por La Corredera. Restos de esa actividad taurina en La Corredera, fiesta de garrochas, son el callejón situado entre las casas nº 3 y 4 -hoy utilizado como salida a la terraza desde un bar de la calle del Relator González- y los “ganchos” que se conservan en algunas viviendas bajo los portales donde se ubicaban las protecciones para las puertas de las viviendas. Ya a finales del siglo XVII e inicios del siglo XVIII sería el Concejo de Hervás -el Ayuntamiento diríamos hoy-, ya no las cofradías religiosas, quien se responsabilizaría de la organización de estos festejos taurinos.


En el siglo XVIII crece el fervor devocional de los hervasenses por el Cristo de la Salud que se guardaba en la ermita de San Andrés, en las inmediaciones del Monte Castañar Gallego. En las décadas finales de ese siglo XVIII se celebran “fiestas de novillos” en honor del Cristo de la Salud para lo que, previsiblemente, se instaló un primitivo coso taurino en las cercanías de la ermita; como indica Chano: “En los primeros compases del siglo XIX, el Cristo de la Salud asumió el protagonismo en la presidencia de los actos lúdico taurinos, que se mantiene en vigor hasta nuestros días del siglo XXI” (1).

LOS TOROS EN LA PLAZA DEL MONTE CASTAÑAR

Quizá la primera cita que nos indica la existencia de una primitiva plaza de toros -lo que no significa que no existiera desde más antiguo- es la que nos ofrece Pascual Madoz en su Diccionario Geográfico Estadístico-Histórico de España y sus posesiones de Ultramar (1833-1843, aunque publicado unos años más tarde) en el que se dice textualmente: “[…], más lejos y en dirección al sur, en el monte de castaños, otra ermita titulada de San Andrés, en cuyo único retablo se venera al Santísimo Cristo de la Salud; su festividad se celebra el 14 de setiembre, corriéndose también en este día algunos novillos en la plaza construida a su inmediación, entre los castaños, lo cual le da una vista agradable” (2).

En el libro Extremadura: Plazas de Toros, de V. García Estop, se informa de la solicitud que hizo el Ayuntamiento de Hervás al Gobierno Civil en 1868 para celebrar una capea durante la tarde del 15 de septiembre.

El acta de sesión de pleno del Ayuntamiento de Hervás de 15 de septiembre de 1878 nos da alguna información sobre la celebración taurina y sobre la plaza de toros de Hervás cuando, hablando sobre las celebraciones que se desarrollarán ese día 15 y el siguiente -no parece que se planificaran con mucho tiempo estos festejos entonces-, se indica que:

"1. Que se contraten y lidien dos toros y capeas en la plaza destinada al efecto. 

2. Que concurra la charanga de esta localidad.

3. Que el Sr. Alcalde dirija las funciones y haga publicar un bando de orden público en el que se haga saber, entre otras cosas, que no se consienta al público ocupar el sitio que en la plaza está designado para el Ayuntamiento; y autorizó este al Sr. Presidente para que autorice el pago de los gastos que con motivo de las fiestas se originen”. D. Zoido Acera se compromete a dar dos funciones de toros los días 14 y 15 del actual".

Mayor planificación pareció producirse sólo un año después; en la sesión de pleno de Ayuntamiento de 2 de septiembre de 1879 se indica:

"Entró y tomó asiento D. Zoido Acera que había sido llamado para contratar dos corridas de toros con dos capeas; y después de discutir ampliamente se estipuló con el mismo y el Ayuntamiento lo siguiente: 

1. D. Zoido Acera se compromete a dar dos funciones de toros los días 14 y 15 del actual.

2. En cada día se correrá y matará un toro de 18 a 20 arrobas de peso en vivo y correrán seis vacas bravas. También será bravo el toro.

3. La carne del toro la ha de expender a 40 céntimos.

4. Recibirá del Ayuntamiento en pago mil cuatrocientos reales".

En el libro citado más arriba sobre las plazas de toros de Extremadura se indica que en Hervás se celebraron las fiestas del Cristo los días 19 y 20 de septiembre de 1897 y se notifica que los toros fueron lidiados por novilleros contratados por el Ayuntamiento de Hervás, destacando Jumillanito que “pasó muy bien a los cuatro toros cosechando aplausos y dineros. Consiguió estoquear y matar con buena suerte a los dos del primer día. No tuvo la misma suerte con los del segundo día. No hubo que lamentar desgracias ni riñas, mereciendo toda clase de felicitaciones la Comisión de festejos, el Alcalde y los agentes de la autoridad por lo bien organizada la fiesta y por el mucho celo y vigilancia que todos desplegaron” (3)..

A partir de 1899 se encuentran en el Archivo Municipal de Hervás expedientes instruidos para la subasta de los toros que se lidiarían durante los distintos años. Estos expedientes suelen constar de varios documentos, entre ellos el más destacado es, propiamente, el pliego de condiciones bajo las que se celebraran la subasta de toros de cada año, y son documentos bastante más extensos que las breves indicaciones de años anteriores que hemos indicado (la de 1899 consta de 11 puntos en los que se detallan desde el peso de los seis toros bravos que se lidiarían -ese año fueron lidiados los días 17 a 19 de septiembre-, las condiciones del traslado y encierro, el precio de la venta de la carne y las condiciones de la subasta de la misma, etc.).

Desde 1903 estos expedientes incluyen, además, el listado de personas a las que les ha correspondido sitio para construir tablados en la plaza previo pago de un canon estipulado por el Ayuntamiento -una parte de los beneficios eran cedidos en aquellos momentos de inicios del siglo XX al Hospital de San Esteban- (en un principio estas personas eran elegidas por sorteo -a veces el listado de solicitantes era muy numeroso, hasta más de 250 personas-; a partir de un determinado momento la adjudicación de este derecho a construir tablados se celebró mediante subasta, siempre con la revisión de peritos carpinteros puestos por el Ayuntamiento).

El primer cartel de toros que hemos encontrado en el Archivo Municipal corresponde a 1904: las corridas de toros en la plaza del Monte Castañar Gallego se celebraron los días 18 a 20 de septiembre; fueron tres novilladas en las que se lidiaron “dos novillos de muerte cada día” y los toreros fueron Cristóbal Salvador (Torerito) y Antonio de Andrés (el Trueno). Se indica, además, que como los festejos serían costeados por el Ayuntamiento, la entrada a las corridas sería gratis.

El expediente de 1909, por el que sabemos que las fiestas se celebraron los días 14, 15 y 16 de septiembre y que hubo un único matador de toros en las tres novilladas celebradas (José Sánchez, Joselete), nos ofrece información muy interesante: debió producirse un incremento del rigor administrativo y sanitario para conceder por parte de la autoridad competente, que en este caso era el Gobernador Civil, el permiso para la celebración de los festivales taurinos. Por ello, el Ayuntamiento de Hervás hubo de enviar a dicha autoridad una solicitud prolija en detalles y con certificaciones diversas sobre el estado de esta primitiva plaza de toros de Hervás en el Monte Castañar Gallego. En dicha solicitud al Gobernador el Alcalde indicaba que “esta plaza es un circo cerrado con un muro de un metro y medio de espesor por dos y medio proximadamente de altura, con su puerta de entrada y provista de corrales también cerrados donde están situados los chiqueros para el encierro de las reses que hayan de lidiarse, existiendo dentro de la plaza bastante número de burladeros construidos en forma conveniente y a escasa distancia unos de otros para que la cuadrilla de novilleros profesionales, únicos que han de tomar parte en la lidia, se desenvuelvan en su interior con la mayor seguridad, debiendo hacer presente a Vd. que por las condiciones de seguridad de la plaza nunca ha habido que lamentar desgracias.

Alrededor del circo, los particulares que lo desean construyen tendidos por los que satisfacen una cantidad que ingresa en arcas municipales, obligando a que los que las construyen que tengan la debida solidez para evitar desgracias, para lo cual una Comisión de Peritos designada por el Ayuntamiento los examina minuciosamente antes de autorizar la entrada de público en ellos.

En cuanto al sostenimiento del orden público, esta Alcaldía procurará mantenerlo por todos los medios con el auxilio de la fuerza de la Guardia Civil que en acto de servicio concurre a dichas fiestas".

Al Gobernador Civil no debió parecerle bien esta declaración de la alcaldía y obligó al envío de certificaciones diversas, como el peso y procedencia de los toros de lidia, el certificado de la asistencia sanitaria a los festejos y de la profesionalidad de los novilleros y banderilleros intervinientes. Igualmente, obligó a que un perito profesional, en este caso de la capital, certificara el estado de la plaza; este certificado, aunque repite algunos datos aportados por el alcalde, ofrece más datos sobre cómo era nuestra plaza de toros en 1909: “[…] un polígono regular con ángulos redondeados de treinta y siete metros de diámetro interior en el sentido de norte a sur y de 30 metros y cincuenta centímetros de este a oeste, formado por un muro de más de un metro de espesor y de dos metros de altura o algo más. Adosado al mismo se encuentra en la puerta oeste una gradería formada por pies derechos empotrados en el suelo y con dimensiones bastantes a sostener los durmientes y tablazón necesario a la misma, con sus barandillas y antepecho para seguridad de aquella y destinada a palco de las autoridades y público.

En el interior existen burladeros para el abrigo y seguridad de los lidiadores en condiciones adecuadas. También existen dos toriles con sus correspondientes separaciones para el encierro de cuatro reses de lidia, ofreciendo todo el conjunto un local adecuado al espectáculo a que se destina y con la suficiente seguridad para el público y lidiadores.

Finalmente, y para aposento del público, se construyen en casi todo su perímetro graderías análogas a la descrita anteriormente según he tenido ocasión de oír por las manifestaciones de dicha Autoridad y demás personas que me acompañaron en el reconocimiento” (4).

Toda esta burocracia hizo retrasar dos días la celebración de los espectáculos taurinos que estaban previstos, inicialmente, para los días 12 a 14 de septiembre.

A partir de estas descripciones podemos hacernos una idea bastante aproximada de cómo era el coso taurino del Monte Castañar Gallego de Hervás por aquellos tiempos de principios del siglo XX.

Hemos encontrado, es lógico, pocas noticias en la prensa sobre los espectáculos taurinos de Hervás de esa época, aunque nos hemos encontrado con una referencia indirecta curiosa. El periódico El Noticiero Granadino de 21 de agosto de 1907 informa de la muerte del novillero Faustino Posadas producida en la plaza de toros de Sanlúcar de Barrameda. Tras lamentar tan desgraciada noticia, el periódico informa que ese novillero estaba contratado para actuar en Hervás el domingo siguiente para matar toros de Miura.

Respecto del importe de estos espectáculos taurinos, por lógica variaban de un año a otro, pero casi siempre resultaban deficitarios para las arcas municipales ya que los gastos solían superar notablemente a los ingresos. Por ejemplo, en 1919 el total de gastos de los festejos de las fiestas del Cristo de la Salud importaron un total de 7.045,65 pesetas (el coste más elevado era, naturalmente, el de los toros: seis toros de lidia comprados a D. Aníbal Sánchez costaron 5.250 pesetas; otros gastos eran de arreglo de plaza y toriles, reconocimiento de ganado, honorarios de toreros y banderilleros, licencias, tamboril, funciones religiosas y cohetes, etc.), en tanto que los ingresos (que procedían únicamente de dos vías: recaudación de la construcción de tablados y venta de la carne de los seis toros) ascendieron a 4.431,90 pesetas, por lo que hubo un déficit de 2.613,75 pesetas que el ayuntamiento amortizó, en su mayor parte, con lo recaudado por el aprovechamiento de la montanera de ese año.

Una nueva crónica periodística de lo ocurrido durante las tardes de toros en la plaza de Hervás, firmada por E. González Alderete, la encontramos en el periódico provincial Nuevo Día del 16 de septiembre de 1926. Es una extensa crónica de la que extraemos lo que se indica sobre las celebraciones taurinas:

Por las tardes durante los tres días, celebráronse las novilladas se costumbre y eran de ver los veinticinco automóviles particulares ocupados por la flor y nata de la aristocracia hervasense, ataviada con clásicos mantones de manila, rosas y claveles; lidiárose dos novillos cada día de la acreditada ganadería que fue de don Andrés Sánchez de Buenabarba, del campo salmantino, corriendo su muerte a cargo del prestigioso diestro madrileño José María Vizcaino, tan popular en la plaza de Vista Alegre, donde se cubrió de gloria repetidas veces, portándose bien en las suertes de capa y matando, y un poco deficiente con la muleta, debido a su nervioso temperamento y desconocimiento de la psicología del público, que sólo elegia faenas de efecto sin preparación artística (salvo excepciones honrosas). El sobresaliente novillero “Orengo” tuvo buenos lances de capa y poniendo banderillas el diestro “Facultades” y Jonás. Hoy lidiose un novillito por el Niño de Mérida, de la ganadería que fue de Terrones, resultó bien, resaltando un par de banderillas de un expontáneo que fue muy aplaudido”.


LA RECONSTRUCCIÓN DE LA PLAZA EN 1929

En la sesión de pleno del Ayuntamiento de Hervás del día 11 de noviembre de 1928 se trata un escrito presentado por Felicísimo Martínez Bodega, vecino de Hervás, solicitando se le conceda para su explotación el arriendo de la plaza de toros por un periodo de diez años, comprometiéndose a cerrar la plaza por su cuenta haciendo tablados, mejorándolos en lo posible, a cambio de que el Ayuntamiento procediera al nivelado del suelo de la plaza, que construyera una valla dentro del perímetro de la misma y arreglara los toriles y enfermería; solicita también una subvención anual de dos mil pesetas cada año. El solicitante se comprometía a llevar a cabo las novilladas por su cuenta y riesgo, lo que significaba que el ayuntamiento dejaba de organizar todo el proceso directamente. Tratado el tema, el Ayuntamiento entendió que, por tratarse de un contrato de obras y servicios municipales, no se le podía conceder lo solicitado ya que debía sacarse a subasta pública dicha concesión conforme a las condiciones que se publicarían en el Boletín Oficial de la provincia del 23 de noviembre de ese año. La subasta, según se acordó, en sesión de pleno de 17 de diciembre, se celebraría el 31 de enero de 1929. En esta misma sesión se acordó solicitar al Ingeniero Jefe de Montes del Distrito autorización para llevar a cabo obras de reforma en la plaza situada en el Monte Castañar Gallego y aprovechar maderas de castaño -además de piedra, arcilla y arena- para la reconstrucción de la misma.

En esa subasta se aceptó la propuesta de Felicísimo Martínez Bodega que, en el mes de febrero, presentó y fueron aceptados por el Ayuntamiento como fiadores -según hacía constar el pliego de condiciones- a Anastasio Martín, Ventura Peña y Vicente Castellano (en algunas publicaciones aparecen todos ellos como promotores de la reforma de la plaza de toros: pensamos que la reforma partió de la iniciativa particular de Felicísimo Martínez, participando los demás, como hemos indicado, como fiadores del protagonista principal de la reforma de la plaza-).

El acta de la Comisión Permanente de 11 de marzo de 1929 nos está informando de que ya se están llevando a cabo las complejas obras de remodelación de la plaza de toros de Hervás -y de la remodelación urbanística de los alrededores-:

Con motivo de las obras que se están efectuando por cuenta del arrendatario de la Plaza de Toros para la reconstrucción de la misma y existir una gran cantidad de tierra y piedra procedente del desmonte que se está haciendo para la nivelación del nuevo ruedo, es de necesidad construir un muro para la contención de dichas tierra y piedra en la parte donde van depositando que es un plano bastante inclinado, con lo cual se hermoseará aquel sitio que esta muy poblado de árboles corpulentos, formándose una gran explanada o terraza que servirá para descanso y estancia del público que concurra a la Plaza en los días en que en ella se celebren novilladas, siendo también de gran conveniencia construir un camino para el acceso de carruajes a dicha explanada, independiente del que en la actualidad existe con dirección a la Ermita con el fin de que los carruajes tengan entrada y salida por distinto sitio. En su virtud se acordó por unanimidad ejecutar expresadas obras por administración, así como construir dos escalinatas de piedra labrada para la subida de las personas a la explanada y que todos estos gastos se apliquen con cargo a lo consignado para caminos vecinales en el Capítulo 11º, artículo 3º del Presupuesto en ejercicio”.

En sesión extraordinaria de pleno municipal del día 22 de mayo se trata de una instancia remitida al Ayuntamiento por Felicísimo Martínez, arrendatario de la plaza de toros, en la que este, creyendo más ventajoso para el pueblo en general,  solicita la construcción de tablados de piedra en media plaza en los tendidos -más duraderos y cómodos- para sustituir a los antiguos de madera, pidiendo que el Ayuntamiento acuerde lo conveniente ya que habría un sobreprecio de 12.194 ptas. que, según apreciación del arrendatario, debía costear el Ayuntamiento. El arrendatario expresaba en su escrito las condiciones técnicas según las cuales se realizarían las obras:

"1.- Los muros serán de mampostería ordinaria ripiada de cal por la parte exterior.

2.- Las filas de asientos serán de hormigón hidráulico a base de piedra de cuatro centímetros, cemento y arena lavada.

3.- Dichas filas serán lucidas con cemento y arena.

4.- Las puertas de entrada se harán de arcos de ladrillo y cal de arena en todo su ancho. -Nota: el desprendimiento de recubrimiento de la pared hace unos días ha descubierto uno de estos arcos-.

5.- Las paredes terminales serán de mampostería ordinaria en iguales condiciones que los muros, como igualmente las de entrada a la Plaza con sus puertas correspondientes.

6.- Las paredes que no tengan suficiente altura por el desnivel del terreno serán elevadas a la altura de tres metros y medio, siendo éstas de ladrillo a media asta, calculando el precio del metro superficial de grada construida en las condiciones expresadas a razón de 34 ptas. Respecto a los tablados de madera, hace constar que los pies derechos serán lo suficientemente fuertes para resistir el peso a que se destinan; las tablas de asiento serán de un ancho de veinte centímetros por tres de grueso y las tablas para poner los pies serán de treinta centímetros de ancho con el mismo grueso que los asientos".

Los miembros del pleno reconocieron las ventajas de la construcción de parte de las gradas en piedra, aportando, además, un valor añadido de futuro a la plaza; reconocieron que no se podía exigir al arrendatario que costeara de su cuenta estas gradas de piedra, ya que no constaban en el pliego de condiciones iniciales; indicaron que peritos carpinteros y mamposteros designados por el Ayuntamiento comprobaran la valoración económica de las mejoras indicadas por el arrendatario y aprobaron que el Ayuntamiento se hiciera cargo del 70% del sobrecosto de las obras de mejora realizadas -satisfaciéndolo en dos plazos-, y, también, se aprobó que “en la parte de las gradas que en la actualidad tiene construidas y que da frente a la subida de la Ermita y parte del Monte llamado la Barrera se refuerce con la construcción de muretes cada cuatro metros para mayor seguridad de dicha parte de la grada a fin de evitar su derrumbamiento por el exceso del peso que sobre la misma gravita”.

En la sesión de pleno del 20 de junio se indica que los peritos mamposteros designados por el Ayuntamiento (Balbino y Nicolás Ginarte) y carpinteros (Gorgonio Díaz y Eugenio Martín) habían revisado las obras de la remodelación de la plaza de toros estimando que el sobreprecio de construir las gradas de piedra en lugar de hacerlo de madera era de 7.350 ptas. cuyo 70% (es decir, 5.145 ptas. pagaderas en dos plazos -enero de 1930 y 1931-) tendría que abonar el Ayuntamiento al arrendatario Felicísimo Martínez.

Por último, en la sesión de pleno del día 23 de agosto de 1929, suponemos que con las obras de reforma finalizadas o próximas a finalizar, se trata sobre las medidas a tomar para la realización de las novilladas que tendrían lugar los días 14 a 16 del mes de septiembre, y se acordó se propusiera al arrendatario de la plaza la organización de las mismas bajo una serie de condiciones -seis novillos toros, dos para cada día, de un peso aproximado de 16 arrobas toreados por los novilleros que él contratara, corriendo el arrendatario con los gastos de impuestos, enfermería, etc., por lo que se le abonaría la cantidad de 2.750 ptas.-.

Cartel de la corrida inaugural de la plaza de toros de Hervás, 1929 

(Agradecimiento: Gaspar López Calvelo)

La plaza de toros de Hervás reconstruida se inauguró con una corrida celebrada el día 30 de junio de 1929. En ella se lidiaron cuatro toros que estoquearon los diestros Andrés Coloma (Clásico) y Luis Muñoz, que lidiaron toros de la ganadería de Carlos Rodríguez (Buenabarba).

De esta inauguración hemos encontrado algunas breves referencias en la prensa (curiosamente en periódicos andaluces): el periódico El Defensor de Granada se hacía eco, el día 6 de julio de 1929 de la inauguración de la plaza de toros de Hervás -añadiendo que tenía cabida para siete mil espectadores-:

Y el periódico El Guadalete, de Jerez de la Frontera, del 26 de octubre, al hacer una recopilación de las corridas de toros desarrolladas durante esa temporada, nos indica que fue el torero Clásico el novillero que inauguró la plaza en 1929, siendo una corrida sin picadores, como lamenta el periódico.


Este torero apodado Clásico se llamaba, en realidad, Andrés Coloma, un torero de Alcoy que “sin duda por el exceso de negocio como matador de toros, descendió a la categoría de novillero…” (5).


Fuente: RODRÍGUEZ AGUADO, F. (2018): Diccionario biográfico-estadístico de los 
matadores de toros españoles olvidados del siglo XX. Tomo II.

Hasta aquí la narración de las celebraciones taurinas de Hervás de finales del siglo XIX y principios del siglo XX, así como las obras de reconstrucción de la plaza de toros de Hervás de 1929 que hemos podido conocer tras el análisis de la documentación que hemos ido comentando a lo largo de nuestra entrada.

Como hemos dicho al inicio, el estado actual de la plaza se debe, fundamentalmente, a la remodelación que se hizo de la misma en el periodo 1949-1951... pero eso será el objetivo de otra entrada en este blog.

Aportamos, finalmente, una serie de fotografías antiguas de la plaza de toros de Hervás, la mayoría de los años 30 del siglo XX, en las que puede verse el aspecto que presentaba la plaza de toros de Hervás:




(Agradecimientos a Gaspar López Calvelo por estas fotografías que aparecen en la página de Facebook:  https://www.facebook.com/gaspar.lopezcalvelo)

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(1).- Marciano de Hervás: De las garrochas del Rosario al toro del Cristo de la Salud: 1586-1799. Revista del Centro de Estudios Bejaranos, 2010, pag. 39-57.

Para consultar el artículo pinchar AQUÍ.

(2).- Diccionario Geográfico Estadístico-Histórico de España y sus posesiones de Ultramar. Tomo IX. Madrid, 1847. Pag. 179-180.

Para consultar el documento pinchar AQUÍ.

(3).- García Estop, V.: Extremadura: Plazas de Toros. Badajoz, 2003; pag. 415-416.

(4).- Archivo Municipal de Hervás. Año 1909: Expediente formado para las subasta de seis toros que han de lidiarse en la plaza de toros de esta villa en el mes de septiembre próximo. Legajo 158/1.

(5).- Pérez Maroto, V.: Estadística Taurina Anual 1932-33. Ernesto Giménez S.A. Madrid, 1933, pag. 45.

NOTA: El texto de esta entrada en el blog TRASUNTOS DE HERVÁS II no ha sido nunca publicado. La propiedad intelectual de dicho texto pertenece, por tanto, al autor del blog (Pedro-Emilio López Calvelo).

La reproducción total o parcial de este texto en alguna publicación o cartel deberá hacer constar con claridad su autoría, así como la referencia de la publicación en que hubiera sido previamente difundida por su autor. Su uso comercial queda supeditado a la expresa autorización del autor. 

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