jueves, 15 de diciembre de 2022

LA ÚLTIMA EJECUCIÓN PÚBLICA EN HERVÁS… HACE 125 AÑOS

LA ÚLTIMA EJECUCIÓN PÚBLICA EN HERVÁS... HACE 125 AÑOS            

Copyright © 2022 Pedro Emilio López Calvelo                    

Una mañana fría y húmeda de febrero.

Ceferino tropezó al empezar a subir las escaleras;

eran cerca de las ocho de la mañana.

Le temblaba el labio inferior.

Pocos minutos después todo había terminado.


Es probable que el título de esta entrada, en la que trataremos un tema morboso y poco conocido para la población de Hervás, necesite alguna aclaración inicial:

, nos estamos refiriendo a la EJECUCIÓN PÚBLICA de un condenado a muerte, con toda la parafernalia que conllevaban estas ejecuciones, que eran casi consideradas como un día festivo en la población.

- SÍ: la última ejecución, pero no la única. En Hervás se produjeron en las dos décadas finales del siglo XIX hasta cuatro ejecuciones públicas en tres actos de ejecución, ya que una de las ejecuciones fue doble.

Esta entrada la dedicaremos a contar la historia de la última ejecución pública en Hervás que se produjo en 1897, se ha cumplido este año, por tanto, el 125 aniversario.

Indicaremos, de entrada, un par de aspectos que hay que tener en cuenta:

* Se produjeron ejecuciones públicas en Hervás por ser la cabeza del partido judicial, cosa que había ocurrido unos años antes, en concreto durante el periodo conocido como el Sexenio Revolucionario (1868-1874). La R.O. 23/marzo/1866 decretó el cambio de capitalidad de partido judicial que, hasta ese momento ostentaba la población de Granadilla, aunque el cambio no se llevó a efecto hasta 1868. En años revueltos políticamente, el Decreto 8/enero/1872 restituye la capitalidad del partido judicial a Granadilla, pero, finalmente, durante la I República, el Decreto 26/junio/1873 devuelve definitivamente la capitalidad del partido judicial a Hervás, lo que implicaba la instalación del Juzgado y del Registro de la Propiedad en Hervás.


- Ninguno de los ejecutados era natural de Hervás, ni los hechos por los que fueron condenados a muerte se desarrollaron en Hervás (aunque el de la ejecución que vamos a contar en la entrada se produjo en las cercanías del límite del término municipal de Hervás) -como hemos indicado, fue la condición de Hervás como cabeza del partido judicial la que hizo que las ejecuciones se desarrollaran en nuestro municipio-. Todos ellos fueron condenados a muerte por homicidio y, para todos, el modo de cumplimiento de la sentencia a muerte, dictadas por la Sala de lo Criminal de la Audiencia de Cáceres y ratificadas por el Tribunal Supremo tras los respectivos recurso de casación y las denegaciones de indulto, fue el garrote.

Concretaremos los “protagonistas” y fechas de las ejecuciones públicas llevadas a cabo en Hervás:


Estas ejecuciones, especialmente las de 1895 y 1897, fueron recogidas ampliamente por la prensa nacional con un fuerte carácter sensacionalista, que narraba las últimas horas de los reos con gran profusión de detalles. La que vamos a narrar aquí, la ejecución de Ceferino Rodríguez, fue también recogida con amplitud por el periódico local El Ariete, cuya publicación coincidió con la fecha de ejecución.

NOTA: el texto de esta entrada está basado y forma parte de un largo y laborioso trabajo de investigación que se ha extendido durante más de quince años. El trabajo fue presentado -y ha sido ya publicado con el título de "Instalar patíbulos y ajusticiar condenados. Hervás: una consecuencia de la adquisición de la cabecera de partido judicial"- en los Coloquios Históricos de Extremadura, en Trujillo, septiembre de 2021.

EL CASO DE CEFERINO RODRÍGUEZ DELGADO

Ceferino Rodríguez, natural de Miera y vecino del pueblo de Nava de Béjar, fue condenado por la Audiencia de Cáceres a la pena de muerte por el delito de robo y homicidio en la persona de Prudencio Martín García la noche del 17 de julio de 1895 en el sitio de las Cobedas -seguramente Las Cañadas-, próximo a la carretera de Extremadura a Castilla.

Prudencio Martín era un arriero que transportaba entre Salamanca y Cáceres una carga de caballería de aceite. Ceferino y Prudencio, que se conocían previamente, coincidieron y, llegada la noche, se dispusieron a dormir; aprovechando la noche Ceferino Rodríguez, con intención de robar los pellejos de aceite, asesinó al primero asestándole varios golpes en la cabeza con una piedra de más de diez kilos (los pellejos le fueron ocupados al Ceferino por la Autoridad según consta en la sentencia).

Ceferino Rodríguez fue condenado a la pena de muerte por el delito de robo con resultado de homicidio con los agravantes de alevosía, nocturnidad, buscado de propósito y en despoblado

Presentado el recurso de casación en beneficio de reo en junio de 1896, el Tribunal Supremo de Madrid “no encuentra motivos de casación por quebrantamiento de forma ni por infracción de ley” ¹, por lo que confirmó la pena de muerte impuesta por la Audiencia de Cáceres. 


EL MÉTODO DE EJECUCIÓN: EL GARROTE

Como en los casos de los otros ejecutados en Hervás, Ceferino Rodríguez fue condenado a morir en garrote. El garrote era el método habitual de ejecución de los condenados a muerte en España desde que el Código Penal de 1822 introdujo la práctica de esta forma de ejecución de la pena capital que, hasta esa fecha, se realizaba habitualmente por ahorcamiento.

Será, no obstante, la Real Cédula de 28 de abril de 1828 por la que el rey Fernando VII aboliese definitivamente la muerte en horca disponiendo que en lo sucesivo se ajusticiase en garrote

Para ésta sustitución en el modo de ejecución, la Real Cédula de Fernando VII alegaba razones humanitarias: “el inevitable rigor de la justicia con la humanidad y la decencia en la ejecución de la pena capital, y que el suplicio en que los reos expíen sus delitos no le irrogue infamia cuando por ellos no la mereciesen, he querido señalar con este beneficio la grata memoria del feliz cumpleaños de la reina mi muy amada esposa, y vengo a abolir para siempre en todos mis dominios la pena de muerte en horca; mandando que en adelante se ejecute en garrote” ².

Los Códigos de 1848, 1850 y 1870 regulaban también las ejecuciones en garrote, que debían celebrarse sobre tablado, de día, con publicidad y con carácter público, al menos hasta 1900.

El método del garrote consiste en un tornillo o torniquete que se fija a un madero en el suelo. El aparato se coloca en la garganta del reo, sentado junto al madero; a su espalda se sitúa el funcionario de la manivela. A una señal comienza a girar el tornillo con lo que la abrazadera se cierra sobre la garganta y la muerte se produce por asfixia, estrangulamiento y rotura de las vértebras cervicales³.


La pena se ejecutará en garrote, de día, en sitio adecuado de la prisión en que se hallare el preso y a las dieciocho horas de notificarle la señalada para la ejecución, que no sería verificada en días de fiesta religiosa o nacional.

Debemos aclarar que, en un principio, había tres tipos de garrote: el garrote ordinario se aplicaba a las personas del pueblo llano; por medio del garrote vil se ajusticiaba a los condenados por delitos infamantes; el garrote noble se reservaba para los condenados de alta condición social. El Código Penal de 1848, a la vez que excluía definitivamente cualquier otro método de ejecución, puso fin a estas distinciones, designándose en adelante genéricamente como ejecución en garrote.

El garrote es algo más noble y reposado que la cuelga inglesa, porque es algo más sedentario y eminente. El condenado se ofrece sedente sobre un banquillo, sobre un alto tablado teatral; puede discurrir por él y hablar desde allí a la muchedumbre si así lo desea (…) Todo es solemne y clásico en este arte de dar muerte (…). El garrote vil es la tragedia de un pueblo latino, grave y decoroso, como el nuestro, que le gusta de la pompa litúrgica y de los dramas históricos” .

ENTRAR EN CAPILLA: LOS PROLEGÓMENOS DE LA EJECUCIÓN

Era frecuente que los abogados defensores del condenado y diferentes instituciones (en Hervás lo hizo, en algún caso, el mismo Ayuntamiento de Hervás, intentando que las ejecuciones no se realizaran en el pueblo y, además, no tener que asumir sus costes) solicitaran el indulto que debía otorgar -a veces en el ultimísimo momento- la máxima autoridad nacional: el rey -en este caso la reina regente Mª. Cristina de Habsburgo-Lorena por la minoría de edad de Alfonso XIII-. La negativa a la concesión del indulto y la confirmación de la proximidad de la ejecución de la sentencia de muerte desencadenaba una actuación institucional que aislaba al condenado y le ponía “en capilla”.

Diferentes fuentes artísticas y literarias permiten acercarnos al momento en que se desarrollaban estas ejecuciones públicas:

La pintura de Ramón Casas: Garrote vil, en la que se representa la ejecución del reo Aniceto Poblador en la Barcelona de 1894, un poema con el mismo título de Valle Inclán o la narración que hace Víctor Chamorro en su novela El Pasmo sobre el ajusticiamiento de los culpables del crimen de Berzocana son buena muestra de ello. Si hacemos caso de estas manifestaciones literarias y artísticas la ejecución de un reo en la España del siglo XIX estaba revestida de un complejo ceremonial en el que condenados, funcionarios varios, religiosos, agentes de autoridad, autoridades y espectadores formaban un complejo conglomerado humano.

Pío Baroja en su obra “La decadencia de la cortesía” (citada por D. Sueiro) narra así la ejecución de Higinia Balaguer:

Años después presencié la ejecución de Higinia Balaguer, la del crimen de la calle de Fuencarral, desde los desmontes próximos a la cárcel. Hormigueaba el gentío. Soldados de a caballo formaban un cuadro muy amplio. La ejecución fue rápida. Salió al tablado una figurita negra. El verdugo la sujetó los pies y las faldas. Luego los hermanos de la Paz y la Caridad y el cura con una cruz alzada formaron un semicírculo delante del patíbulo y de espaldas al público. Se vio al verdugo que ponía a la mujer un pañuelo negro en la cara, que daba una vuelta rápidamente a la rueda, quitaba el pañuelo y desaparecía. En seguida el cura y los hermanos de la Paz y la Caridad se retiraron y quedó allí la figurita negra, tan pequeña, encima de la tapia roja de ladrillo, ante el cielo azul claro de una mañana madrileña . 

Este texto aporta un dato interesante que afectaba a los últimos momentos de la vida de los condenados a muerte al citar a los hermanos de la Paz y la Caridad; se trata de miembros de una cofradía que actuaba para atender las últimas atenciones espirituales y materiales de los condenados a muerte. Para los condenados por la Audiencia de Extremadura, como es el caso de nuestros reos, actuaba la Cofradía de Nuestra Señora de la Caridad, con sede en Cáceres. 

La notificación de la negación del indulto y la confirmación de la proximidad de la ejecución de la sentencia de muerte desencadenaba una actuación institucional que aislaba al reo y le ponía “en capilla; la actuación de la Cofradía de la Caridad iba encaminada a dotar al reo, en los últimos momentos, de una serie de bienes materiales de los que normalmente carecía en la cárcel y de humanizar esas últimas horas en prisión buscando conseguir el arrepentimiento y la salvación del alma del condenado. Miembros de la hermandad eran enviados, en turnos de dos o tres horas, para permanecer junto al reo y reconfortarle. Mientras, otros hermanos de la cofradía recorrían las calles de la población pidiendo limosnas para atender las necesidades del reo al que iban a ajusticiar. El dinero recaudado iba destinado a financiar los gastos materiales (ropa de cama, mantelería, tabaco, comida especial,...) y espirituales (auxilios sacramentales, entierro, misas,...) del preso mientras permanece en capilla. 

LA CARCEL y EL LUGAR DE EJECUCIÓN EN HERVÁS

La cárcel de Hervás que acogió a los presos durante el proceso de capilla era, como es lógico, una cárcel de Partido Judicial, que estaba situada en el edificio de las Casas Consistoriales del pueblo: un edificio situado, entonces, en las afueras de la población que había sido construido a principios del siglo XVIII como enfermería del Convento de Padres Franciscanos de la Bien Parada de Abadía. El edificio fue desamortizado en la primera mitad del siglo XIX y fue adquirido por el Ayuntamiento de Hervás a un particular en 1872 para convertirlo en las Casas Consistoriales del municipio (anteriormente ayuntamiento y cárcel habían estado instalados en las dependencias del también desamortizado Convento de Padres Trinitarios de la localidad –hoy convertido en Hospedería de Turismo-).

Un libro sobre las cárceles españolas a finales del siglo XIX permite saber que la cárcel de Hervás constaba de tres departamentos y una capacidad para 70 hombres: tenía calabozo de castigo y patio de recreo, despacho y almacén para utensilios. A su cargo estaban dos empleados.

Respecto del lugar de ejecución, en un primer momento pensamos que, debido a lo avanzado que estaba el siglo XIX y a que, por aquellos momentos, ya había muchas voces contra el hecho de que se realizaran ejecuciones públicas, estas ejecuciones se habrían realizado en un patio en el interior de la prisión de Hervás. 

Pero la lectura del acta de sepultura de Ceferino y las narraciones de algunos medios de prensa demuestran que fue una ejecución pública (todas las de Hervás debieron serlo) y suponemos que con todo el proceso de montaje de tablado, conducción al patíbulo en carro, … y toda la parafernalia festiva que acompañaba a estos actos de ejecución. Como norma general, el condenado era conducido hasta el lugar elegido para ubicar el cadalso en un carro, flanqueado por funcionarios de la Audiencia, miembros de la Cofradía, alcaldes de custodia, sacerdotes, etc.

El patíbulo se instaló en el sitio de El Robledo alto, una zona amplia, entonces alejada del pueblo. El tablado debió montarse en las cercanías de la actual Ermita de San Antón: a finales del siglo XIX el edificio de la ermita no era el actual, sino que existía otra ermita, dedicada a los Mártires San Fabián y San Sebastián, construida en el siglo XVII (existía cerca un crucero y, no muy alejado, el rollo instalado desde la consecución de la Exención y Villazgo en 1816).

Ermita de los Santos Mártires, Hervás, en cuyas cercanías se instaló el patíbulo para las ejecuciones.

Actual ermita de San Antón
 

EL CUMPLIMIENTO DE LA SENTENCIA

Para conocer el cumplimiento de la sentencia es muy útil recurrir a la prensa y es muy curioso observar el sensacionalismo con el que eran narradas estas ejecuciones en la prensa de la época. Para el caso de la ejecución de Ceferino Rodríguez contamos, además de con la narración de la prensa nacional, con la narración del periódico El Ariete (que aporta gran cantidad de detalles), como se sabe, un periódico quincenal que circuló en Hervás entre septiembre de 1896 y octubre de 1897.

Ya en su primer número, el 1 de septiembre de 1896, El Ariete notificaba la denegación, por parte del Consejo de Ministros, del indulto de la pena de muerte a Ceferino en sesión del día 22 de agosto –hecho que, también, fue recogido por la prensa nacional-.

En este número de El Ariete del 1 de septiembre se aportan también algunos datos personales del condenado; se indica que era natural de Mina de Ribera, partido de Vitigudino y vecino de Nava de Béjar, que estaba casado, era arriero y tenía en aquellos momentos 27 años. Después de narrar brevemente el crimen por el que Ceferino fue condenado a muerte y hacer una valoración moral sobre el mismo, el periodista aporta un dato curioso: informa de que pocos meses antes de cometer el crimen, Ceferino Rodríguez vino a Hervás “exclusivamente” a presenciar como espectador la ejecución de Demetrio José y de Juana Petra en 1895.

Acercándose la fecha de la ejecución se hacen nuevos intentos de conseguir el indulto para el condenado que es, también, narrado por la prensa nacional. El indulto no llegó y los periódicos nacionales empezaron a dar noticias varios días antes de la ejecución. El periódico El Imparcial notificaba el día 9 de febrero que el día anterior, a las 8 de la tarde, había salido desde Cáceres en dirección a Hervás el reo, cuyo ajusticiamiento estaba previsto para el día 11 y cuyo indulto había sido denegado hasta en tres ocasiones: “va gravemente enfermo de tisis pulmonar, y llora con el mayor desconsuelo. Le acompaña la Guardia Civil.

También por informaciones de la prensa sabemos que Ceferino, de apodo el Hospiciano, fue puesto en capilla, veinticuatro horas antes de la ejecución como era preceptivo, a las ocho de la mañana del día 10 de febrero. Los periódicos La Dinastía y El Liberal -día 11- informaban de la negativa del condenado a firmar la sentencia que le fue leída, indicando que le asistían en sus últimas horas diversos sacerdotes y personas piadosas. También informaban de su arrepentimiento y de que pasó las últimas horas escuchando con recogimiento a los sacerdotes.



Los periódicos del día 12 de febrero daban ya la información de que la ejecución había tenido lugar el día 11 a las ocho de la mañana. El periódico El País indicaba que “subió al patíbulo queriendo aparecer tranquilo, pero al sentarse en el banquillo estaba tan abatidísimo que hubo necesidad de ayudarle para que no se cayera.

Pero, como decíamos, la crónica más completa de los hechos apareció en el periódico local El Ariete del día 20 de febrero de 1897.

Preliminares de la ejecución: En el tren de la madrugada del día 8 llegaron el ejecutor de la justicia y un alguacil de la Audiencia, encargado éste de conducir la ejecutoria y desde luego el público comprendió que pocos días tardaría en cumplirse el fallo, concurriendo gran número de personas a la estación a las horas del tren, deseosas de conocer al reo, que llegó a ésta en la madrugada del día 9, conducido en coche celular, custodiado por la Guardia Civil, siendo trasladado a la cárcel en un carro. 

El cadalso se levantó en la planicie que forma el Robledo alto, a corta distancia de la ermita de San Antón, ocupando una buena posición que, por grande que sea la concurrencia, todos pueden contemplar el espectáculo hasta sus más pequeños detalles.

El reo: Como se ha dicho llegó en la madrugada del día 9, y fue encerrado en uno de los calabozos de la cárcel del partido, siendo entonces cuando empezó a comprender el motivo de su viaje, pues según nuestros informes, venía en la creencia de que había sido llamado para prestar una declaración. Por la tarde del mismo día 9 rogó que fuera llamada su esposa y que por telégrafo se pidiera al diputado Sr. Fiori que gestionara nuevamente el indulto, y en ambas cosas fue complacido inmediatamente. A las ocho de la mañana del siguiente día 10, le fue leída la sentencia y no pudo firmar la notificación por la excitación nerviosa que sufría y, aunque mostró bastante serenidad, en algunos momentos dio rienda al llanto.

Desde luego los sacerdotes de esta villa y los hermanos de San Vicente de Paul se constituyeron en acompañantes del reo, a quien excitaron a tomar algún alimento, pero inútilmente, porque Ceferino manifestó serle imposible deglutirlo; ya cerca de media noche hizo confesión general y a las seis de la madrugada le fue administrada la sagrada Comunión; a las siete recibió la visita del verdugo, a quien saludó afectuosamente tanto al entrar como al despedirse.

La ejecución: A las ocho menos cinco minutos, el infeliz Ceferino Rodríguez fue subido al patíbulo. Tanto en el trayecto como en el tablado mostró la mayor resignación, no profirió una sola frase ofensiva contra nadie; repetía las oraciones que recitaban los sacerdotes; besó con fervor varias veces el crucifijo y dio las mayores muestras de arrepentimiento confiando en Dios. A las ocho en punto quedó cumplida la justicia humana y el reo había dejado de existir. 

¡Que Dios haya recibido su alma arrepentida y purificada con la pena y el perdón! .

Se nos muestra, por tanto, una crónica bastante completa del proceso: la llegada del reo y el verdugo, la estancia en capilla, la función de los Hermanos de la Cofradía de la Caridad (en este caso los hermanos de San Vicente de Paul), el levantamiento del cadalso y la ejecución.

Las anotaciones de la defunción de Ceferino Rodríguez se encuentran en el Registro Civil y en el Registro Parroquial. La anotación del Registro Parroquial, después de los datos personales del finado, indica que “murió ahorcado por el verdugo por el crimen de asesinato en la persona de Prudencio García en la jurisdicción de esta villa, se le ausilio hasta en última hora y firmo, Eduardo Mendoza¹º.

La de Ceferino Rodríguez debió ser, quizá, de las últimas ejecuciones públicas en nuestro país; la sensibilización social contra el carácter público y festivo que habían tenido estas ejecuciones en el pasado promovió el desarrollo de legislación contraria a la misma. Finalmente, la denominada Ley Pulido de 9 de abril de 1900 (su nombre hace referencia a Ángel Pulido, médico y parlamentario, partidario de la abolición de la pena de muerte que promovió una iniciativa de ley contra las ejecuciones abiertas) ya suprimiría el carácter público de las ejecuciones.

Recientemente hemos encontrado una referencia curiosa sobre esta ejecución de Ceferino Rodríguez en un periódico actual. En el HOY de 16 de abril de 2022 el periodista Sergio Lorenzo narra, en la sección Crónica Negra de Extremadura, el ajusticiamiento de Ceferino (por cierto, citándonos en su artículo de prensa como autor de un trabajo de investigación sobre el tema, cosa que, aunque debiera ser normal, no todo el mundo hace, por lo que se lo agradecemos sinceramente al Sr. Lorenzo). Pues bien, cuenta el periodista del HOY que no todo el mundo estuvo convencido de la culpabilidad de Ceferino y, entre ellos, un abogado de Cáceres que asistió al juicio: José Ibarrola que, muchos años después, en el periódico El Radical de Cáceres el día 28 de febrero de 1935 contó que, realmente, a Ceferino se le condenó sin pruebas fehacientes que demostraran que había sido, realmente, el culpable del asesinato de Prudencio Martín, como llegó a reconocer el mismo fiscal del juicio, pero, finalmente y a pesar de las dudas, el jurado consideró culpable a Ceferino por lo que fue condenado a muerte en garrote y, como hemos visto, ejecutado.



Hasta aquí la narración de las circunstancias que acompañaron al último ejecutado públicamente en Hervás en las dos décadas finales del siglo XIX. Hemos querido referenciarlo aprovechando la circunstancia de su 125 aniversario en este año de 2022 que se nos acaba. Ya hemos indicado que debió de las últimas ejecuciones públicas realizadas en nuestro país -en la búsqueda en hemerotecas de la última ejecución pública en España hemos encontrado más de una referencia que se atribuyen ser las últimas, por ejemplo en Murcia la ejecución de Josefa "La Perla", pero que son anteriores a esta de Hervás de 1897-. Rafael González, aún fue ajusticiado con garrote en el verano de 1899 en Tineo (Asturias) -ésta debió ser, seguramente, la última ejecución pública-. 

El 9 de abril de 1900 las Cortes españolas aprobaron la Ley Pulido, por la que se prohibía que las ejecuciones se realizaran públicamente La ejecución a garrote de Juliana Martín, en Salamanca el 25 de octubre de 1900, ya  se realizó en el patio de la prisión.

El último español ejecutado a garrote, Salvador Puig Antich -junto con el alemán Georg Michael Welzel (Heinz Chez)-, murió el 2 de marzo de 1974. En septiembre de 1975, agonizando el periodo franquista, aún fueron ejecutados, esta vez fusilados, tres miembros del FRAP y dos miembros de ETA, originando una ola internacional de protestas y condenas. La Constitución de 1978 (artículo 15) y la Ley Orgánica 11/1995, de 27 de noviembre, abolieron la pena de muerte en España, esperemos que de una forma totalmente definitiva.


NOTAS:

¹ Colección Legislativa de España. Segunda Serie. Jurisprudencia Criminal. Vol. II de 1896. Madrid, 1914.

²³ Marcos Arévalo, J. (1984): El hacinamiento, la marginalidad y la pena de muerte: la cárcel de Badajoz en el siglo XX. Diputación Provincial de Badajoz. pag. 127.

⁴ Código Penal, 1870; artículo 102. Tomado de Sueiro, D. (1974): La pena de muerte. Ceremonial, historia, procedimientos. Alianza Ed. Madrid. pag. 134.

⁶ Sueiro, D. (1974): La pena de muerte. Ceremonial, historia, procedimientos. Alianza Ed. Madrid. pag. 134.

El Imparcial. 9 de febrero de 1897.

El País. 12 de febrero de 1897.

El Ariete. 20 de febrero de 1897.

¹º Archivo Parroquial de Hervás. Libro de Difuntos, 1897. Inscripción nº 8.


DERECHOS: el texto de esta entrada está basado en un trabajo que fue presentado y publicado con el título de:

   - LÓPEZ CALVELO, P.E. (2022): Instalar patíbulo y ajusticiar condenados. Hervás: una consecuencia de la adquisición de la cabecera de partido judicial. Coloquios Históricos de Trujillo, 2021; a quien, por tanto, pertenece la propiedad intelectual de dicho texto. -en este artículo se narran las circunstancias que acompañaron a todas las ejecuciones públicas que tuvieron lugar en Hervás a finales del siglo XIX-.

La reproducción total o parcial de este texto en alguna publicación o cartel y la narración del mismo deberá hacer constar con claridad su autoría, así como la referencia de la publicación en que hubiera sido previamente difundida por su autor. Su uso comercial queda supeditado a la expresa autorización del autor


miércoles, 16 de noviembre de 2022

1953 y 1959: HERVÁS HOMENAJEA A D. MATÍAS PÉREZ MARCOS

1953 y 1959: HERVÁS HOMENAJEA A D. MATÍAS PÉREZ MARCOS

Copyright © 2022 Pedro Emilio López Calvelo

La presente entrada la dedicaremos a dar a conocer a una persona que tiene dedicada una calle céntrica en Hervás y que, por el transcurso del paso del tiempo, puede ser desconocida por muchos hervasenses: se trata del practicante D. Matías Pérez Marcos.

D. Matías Pérez Marcos era hermano de la comadrona y maestra de partos de Hervás Dª. María Pérez Marcos, que también tiene una calle dedicada en Hervás y a quien ya dedicamos una entrada en este blog; y, por lógica familiar, D. Matías era tío del recordado practicante D. Noé Duarte Pérez.


D. Matías Pérez Marcos 
(Imagen cedida por Ventura Duarte Sánchez)

Aclararemos, como hicimos en el caso de Dª María, que nuestra intención no es la de hacer una biografía detallada: pretendemos, a la luz de los datos encontrados en hemerotecas y en documentos encontrados en el Archivo Municipal de Hervás, dar a conocer la importante actividad profesional de D. Matías Pérez Marcos que le hizo merecedor, entre otros, de dos homenajes populares en la población de Hervás y que hizo que el municipio le dedicara el honor de poner una calle con su nombre.


No se han hecho muchas biografías de D. Matías en publicaciones hervasenses: la única que conocemos apareció en la Revista de Ferias y Fiestas de 1990, firmada por Loren; en la recopilación Hervasenses Célebres II decía:

D. Matías Pérez Marcos: hermano de doña María, también hervasense, practicante en Madrid en la Beneficencia Municipal desde cuyo importante puesto hizo una humanitaria labor en beneficio de cuantos hervasenses a él acudían en demanda de ayuda y consuelo a sus males corporales, lo que le granjeó la estima y agradecimiento de sus paisanos que le dedicaron una calle con su nombre.

Fue número uno en las oposiciones de Practicantes a la Empresa Municipal de Transportes (Tranvías).

Falleció en Madrid, donde está enterrado, en julio de 1959” ¹.

En nuestro libro Hervás: de calles y plazas añadíamos algunos datos; después de indicar su condición de hervasenses decíamos que “fue número uno en las Oposiciones de Practicantes a la Empresa Municipal de Transportes de Madrid, Practicante Decano de la Beneficencia Municipal de Madrid, Mayordomo de la Cofradía del Santísimo Cristo de la Salud (con cuya iniciativa y aportación económica se reconstruyó su ermita), benefactor del Hospital de San Esteban… En 1953, en Hervás, el Colegio Oficial de Practicantes de Cáceres, en colaboración con el propio Ayuntamiento de Hervás, le rindió un homenaje en el que se le impuso la Placa de Presidente de Honor del Consejo del Colegio Oficial de Practicantes” ².

Pues bien, hemos ahondado en la búsqueda de información sobre nuestro protagonista y estamos en condiciones de ampliar ésta, tanto respecto de su biografía como de los dos homenajes que se le tributaron en Hervás.

Para nuestra sorpresa, hemos descubierto que D. Matías no nació en Hervás, sino que lo hizo en Palomares de Béjar el 24 de febrero de 1890, pero su vida transcurrió en Hervás hasta que se marchó del pueblo para realizar sus estudios y, después, ejercer su profesión, aunque venía al pueblo con la frecuencia que sus ocupaciones le permitían ³.

Retrato de D. Matías Pérez Marcos
Fuente: Revista de Ferias y Fiestas, 1952

En una reseña biográfica aparecida en la revista Medicina y Ciencia Auxiliar de agosto de 1959 se indica: “De origen humildísimo, su inteligencia natural, a la que siempre fue unido un esfuerzo de voluntad extraordinario para el estudio y el trabajo, fueron causa de que lograra elevarse con gran rapidez los aspectos científico y profesional. Cuando llegó a Madrid, para obtener los recursos económicos indispensables que la vida exige, hubo de ocuparse en la práctica de un oficio, cursando al mismo tiempo con brillantez los estudios de la carrera de Practicante” ⁴.

A partir de diferentes medios de prensa nos enteramos de que D. Matías aprobó las primeras oposiciones de Practicante  para plazas de Auxiliares Médicos de la Unión Médico-farmaceútica en el año 1914.

Poco tiempo después, en 1915, alcanzó el número 1 en las oposiciones de Practicante de la Beneficencia Municipal. Tomó posesión, como numerario en ese cuerpo, el día 5 de junio de 1916. Ese mismo año falleció su padre, D. Hilario Pérez.





Poco después, en 1917, nuestro protagonista contrajo matrimonio en la iglesia de la Almudena de Madrid con la señorita Estrella Carvajal Molano, tal como apareció reflejado en el boletín de los Colegios de Practicantes de Medicina y Cirugía.


Igualmente, a través de las hemerotecas nos vamos enterando de algunos destinos y progresos profesionales  de D. Matías Pérez Marcos; por ejemplo, sabemos que en 1918 y posteriores tiene como destino profesional la casa de socorro del Distrito de la Inclusa de Madrid o que en marzo de 1936 ascendió a la categoría de practicante de primera clase (con una dotación económica superior: 5000 pesetas de sueldo anual).




Anecdóticamente, también aparecen en prensa algunas de sus intervenciones profesionales -accidentales-, como la que reseñamos a continuación que, teniendo en cuenta que se refieren a enero de 1936, nos muestran de la complejidad y violencia social de aquellos difíciles tiempos.

Como dijimos, su vinculación con Hervás fue constante y siempre ayudando a cuanto hervasense paraba por Madrid con necesidades médicas en las que pudiera colaborar. De esta vinculación, y de la consideración que en el pueblo se tenía de él, tenemos alguna muestra en la Revista de Ferias y Fiestas. En el ejemplar de 1952 es uno de los invitados a dar su opinión en una Encuesta Municipalista sobre proyectos de futuro para la localidad de Hervás, opinión que reproducimos en esta imagen:

En 1953, D. Matías Pérez Marcos será nombrado Presidente de Honor del Colegio de Practicante de Cáceres. Con tal motivo dicho Colegio y el Ayuntamiento de Hervás le rendirán un homenaje de carácter multitudinario que fue recogido por los medios de prensa: el HOY y la misma revista de Medicina y Cirugía Auxiliar hicieron una crónica de los actos celebrados en Hervás el domingo día 13 de septiembre de 1953, como antesala de las Fiestas del Cristo de la Salud.

La justificación del homenaje la encontramos en una carta que, desde el Colegio Oficial de Auxiliares Sanitarios de Cáceres se remite al Ayuntamiento de Hervás:

La Sociedad Benéfica ´La Honradez´, de Madrid, a la que durante 35 años prestó servicios como Practicante Don Matías Pérez Marcos, al ser jubilado éste de sus servicios profesionales, elevó propuesta al Excmo. Sr. Ministro de Trabajo solicitando para nuestro citado compañero la Medalla al Mérito del Trabajo, a cuya iniciativa se sumó este Consejo provincial quien, además, en la Junta Directiva celebrada el día 7 de noviembre de 1952, tomó el acuerdo de nombrarle Presidente de Honor de este citado Consejo Provincial.

Como quiera que se dilata la concesión de dicha condecoración, así como el homenaje proyectado en la Capital de España a dicho compañero, y siendo interés de éste Consejo provincial poner de manifiesto los méritos relevantes de Don Matías Pérez Marcos, como profesional y luchador inquebrantable de esta clase de Practicantes, teniendo en cuenta a la vez el cariño que en ese pueblo de Hervás se tiene a nuestro citado compañero, así como el que él siente hacia todos los vecinos de esa Villa, bien puesto de manifiesto a través de sus innumerables atenciones a los mismo en el ejercicio de su profesión, dentro de los Centros en que se desenvuelve con un sentido social y humanitario, no quiere este Consejo provincial de Practicantes dejar en el olvido esta eficacísima labor de este profesional, así como poner de relieve los méritos que toda clase de Practicantes de la provincia debe a dicho compañero, ya que a través de sus gestiones pude este Consejo provincia resolver problemas vitales para la misma.

Por todo ello, cree este Consejo provincial que no se encontraría mejor escenario para testimoniarle este homenaje, así como la imposición de la insignia de Presidente de Honor, donada por este Consejo provincial que ese pueblo por las razones anteriormente consignadas, para lo cual solicitamos de ese Excmo. Ayuntamiento el apoyo oficial para la realización de repetido homenaje, ya que con ello se daría al mismo el mayor realce posible, sin lo cual no tendría el carácter popular que creemos merece” ⁶.

El Ayuntamiento de Hervás aceptó la propuesta, pero sugirió al Colegio Oficial de Auxiliares Sanitarios de Cáceres que, de alguna manera, se incluyera en el homenaje al practicante recién jubilado en Hervás, donde había ejercido durante 43 años, al cuñado de D. Matías Pérez Marcos: el practicante D. Juan Montero Ciprián.

Como es común a estos homenajes multitudinarios, el homenaje consistió en distintos actos:

- A las 11,30 se celebró una misa en la iglesia de Santa María de Aguas Vivas, que fue seguida de un solemne Te Deum.

- A continuación, acto en el Cine-Teatro Juventud en el que se le hizo entrega del pergamino y se le impuso la placa de Presidente de Honor del Colegio provincial de la provincia de Cáceres.

- Finalmente, almuerzo de honor en el Círculo de la Amistad (servido por el Hotel García).

Como era de esperar, a los actos acudieron una gran cantidad de autoridades, representaciones de las distintas sociedades a las que pertenecía el homenajeado y, en general, el pueblo de Hervás. El Ayuntamiento, cuyo alcalde ostentaba la representación del Gobernador Civil, la comisión de la Sociedad Benéfica “La Honradez” de Madrid, el Consejo Provincial de Practicantes, el Coronel del Regimiento de Infantería Argel nº 27 de Cáceres, servicios médicos de la localidad, diferentes personalidades locales (en las crónicas se indica que el homenajeado estuvo acompañado por su hermano político: el también practicante, ya jubilado, D. Juan Montero Ciprián), etc., fueron algunas de las instituciones asistentes.

El acto de imposición en el cine Juventud, el más protocolario, fue también el más emotivo: intervinieron el Alcalde en nombre del Gobernador Civil, el tesorero y el presidente del Colegio de Practicantes de Cáceres, el presidente de la Sociedad benéfica “La Honradez”, el abogado local D. Eduardo Herreros -en representación del pueblo de Hervás- que, según las crónicas periodísticas, dijo refiriéndose al homenajeado: “[…] no solamente prodigó en todo momento a sus paisanos sus actividades profesionales, sino que también acudió solícitamente en ayuda para solventar sus necesidades personales y hasta económicas, llegando a demostrar con frases de intenso cariño hacia D. Matías que por algo se la había atribuido el título de `Cónsul de Hervás´”. Finalmente intervino un emocionado Matías Pérez Marcos agradeciendo la presencia de autoridades y público en general y agradeciendo el homenaje que se le tributaba y recordando la labor profesional de su hermana Dª María Pérez Marcos, comadrona titular de Hervás, y de su hermano político D. Juan Montero Ciprián a quien atribuyó sus éxitos en cuanto a modelo a seguir y con quien quiso compartir el homenaje que le tributaban a él. Su cuñado compartió con el presidente del Consejo provincial de Practicantes la entrega de pergamino y la imposición de placa de Presidente de Honor al homenajeado. También en la comida posterior en el Círculo de la Amistad hubo discursos y palabras en honor al homenajeado.



Fuente: Revista Medicina y Cirugía Auxiliar, noviembre 1953

Una de las acciones generosas hacia la población hervasense que, realizadas por D. Matías Pérez Marcos -junto con D. Julián Rodríguez Neila, también hervasense-, hemos encontrado que se repitieron durante una buena cantidad de años, es la donación que éstos hacías, a través del Ayuntamiento de Hervás en las fiestas navideñas para la asistencia de familias pobres: consistían en una donación económica destinada a proporcionar cena navideña a familias con escasos recursos (generalmente las 2/3 partes de la dotación) y juguetes o ropa para la festividad de Reyes a niños de dichas familias (el otro 1/3 de la dotación). También, en las mismas fechas, acostumbraban a realizar generosas donaciones económicas al Hospital de San Esteban.

Siguiendo la información de hemeroteca, conocemos que a principios de 1958 D. Matías Pérez Marcos fue nombrado Presidente del Consejo de Previsión, así aparece reseñado en el número de febrero de la revista Medicina y Cirugía Auxiliar.



Como indicábamos al inicio de la entrada, D. Matías Pérez Marcos falleció el día 18 de julio de 1959, cuando contaba con 69 años de edad. La noticia fue recogida, de nuevo, por el periódico HOY y por la revista Medicina y Cirugía Auxiliar.

"Ha muerto don Matías Pérez Marcos, hombre preclaro, dinámico, un padre para los practicantes y, de un modo especial, para los de Cáceres y su provincia” , indicaba el periódico HOY. Y comentaba que, en el momento de su fallecimiento, era vicepresidente y socio de honor de la sociedad de beneficencia, socorros mutuos y asistencia sanitaria “La Honradez”; presidente del consejo de Administración de Previsión y Socorros Mutuos Auxiliares Sanitarios; decano de los practicantes de la Beneficencia Municipal de Madrid; presidente de honor del Colegio Oficial de Practicantes de Cáceres y mayordomo de la Cofradía del Santísimo Cristo de la Salud de Hervás.

Por todos estos motivos, por su honradez acrisolada y por ser un benefactor de la humanidad, el sepelio de don Matías, en el cementerio de la Almudena, ha tenido un acompañamiento apoteósico, miles de personas lo formaban, y era tal la cantidad de coronas de flores que era difícil acoplarlas en el coche destinado para ello, habiendo constituido, pues, dentro de la triste desgracia, un consuelo para sus familiares y pata todos sus compañeros

Hombres de todas clases sociales, compañeros, maestros, amigos, hicieron con su presencia una patente muestra del afecto, el cariño, la caballerosidad, la bondad y la amistad que don Matías Pérez Marcos había sembrado a lo largo de toda su vida por todos los caminos por donde anduvo. Un hombre bueno, justo, ha muerto. Este hombre era nuestro compañero y nuestro amigo; el corazón nos llora y a todos nuestros lectores pedimos una oración por su alma.


En Hervás, su pueblo, la noticia del fallecimiento de D. Matías Pérez Marcos no podía pasar desapercibida. Según hemos podido constatar en el Archivo Municipal, la sesión ordinaria de reunión de pleno municipal del día 30 de julio de 1959 incluía como punto del día “Homenaje a D. Matías Pérez Marcos”. En este punto puede leerse: 

También a propuesta de la Alcaldía se acuerda, por unanimidad, hacer constar en acta el sentimiento de esta Corporación Municipal por la reciente muerte de don Matías Pérez Marcos, en Madrid, comunicándolo también así a sus familiares, y acordando, asimismo, en principio, como homenaje a su memoria dar su nombre a la calle que ahora se denomina La Fábrica, por razón de tantos y tan buenos servicios que, durante toda su vida, prestó en Madrid, en materia sanitaria, a todos cuantos acudieron a él, con motivo de enfermedad y asistencia quirúrgica, dada su profesión de Practicante de medicina, acordándose se abra el expediente oportuno para que pueda desarrollarse, con las autorizaciones necesarias, el presente acuerdo.

El mencionado expediente se abrió con fecha 1 de agosto. El Alcalde, D. Gaspar López Gil, dirigió escrito al Gobernador Civil, adjuntándole un oficio en el que se solicita al Ministro de la Gobernación -trámite necesario según la legislación del momento- el cambio de nombre de la calle La Fábrica de Hervás por el de calle Matías Pérez Marcos en atención a los méritos personales del finado y a su extensa e infatigable labor benéfica, en favor de sus paisanos, conceda, a la mayor brevedad posible, a esta Alcaldía, la autorización necesaria, para la ejecución del acuerdo de referencia¹º.

En el expediente se conservan copias de las cartas dirigidas a Dª María Pérez Marcos y a los hijos de don Matías dándoles el pésame y notificándoles el acuerdo del Ayuntamiento.

Desde el Gobierno Civil de Cáceres se solicitó del Ayuntamiento un informe más detallado -para adjuntar al envío al Ministerio- de las causas del cambio de denominación. Por ello, el Alcalde dirigió un escrito al Ministro de la Gobernación en el que se indicaba:

1.- Como Practicante de Medicina y Cirugía, don MATÍAS PÉREZ MARCOS se desveló, siempre que le fue interesado por sus paisanos, con motivo de enfermedad o asistencia quirúrgica, por proporcionar a los mismos los cuidados sanitarios necesarios en cada caso. En este aspecto de su vida, sobresalió el referido Sr. Pérez Marcos, además, ocupando puestos de notoria relevancia. Así, cuando la muerte le sorprendió, asumía los cargos siguientes:

-Presidente Nacional de Previsión de Auxiliares Sanitarios.

-Presidente de honor del Colegio de Auxiliares Sanitarios de Cáceres.

-Socio de honor del Colegio de Practicantes de Madrid.

-Socio de honor de la entidad La Honradez, de Madrid.

-Practicante Decano de la Beneficencia Municipal de Madrid.

-Practicante Decano de la Empresa Municipal de Transportes de Madrid.

2.- Cuando, con motivo del cierre de algunas industrias, muchos obreros tuvieron que emigrar de esta Villa, en busca de trabajo, también sobresalió la influencia y el prestigio personal de don Matías Pérez Marcos, que demostró, una vez más su cariño y predilección por las cosas de su tierra, proporcionando un medio de vida a aquellos que se lo demandaron, resolviendo, de esta forma, la precaria y angustiosa situación de muchas familias.

3.- Su extraordinaria generosidad se hizo patente, en muchas ocasiones, con donativos importantes para obras benéficas, como Campañas de Navidad, Hospital de San Esteban de esta Villa y otros, que su natural modestia nos impidió conocer.

4.- En su aspecto religioso, se distinguió también el Sr. Pérez Marcos, por su profundo amor al Stmo. Cristo de la Salud, Patrón de esta Villa, ocupando, a su muerte y durante varios años, el cargo de Mayordomo de esta Cofradía, y ayudando, con su iniciativa y aportación pecuniaria, a la reconstrucción de su Ermita ¹¹.

El 29 de agosto se registró la entrada en el Ayuntamiento de Hervás de un escrito de la Dirección General de la Administración Local, del Ministerio de la Gobernación, en el que se indica que “en uso de las atribuciones que le están conferidas, ha acordado conceder la autorización que determina el artículo 306 del vigente Reglamento de Organización, Funcionamiento y Régimen Jurídico de las Corporaciones Locales, para llevar a efecto el cambio de denominación de la vía pública que se menciona¹².

Con la autorización superior para el cambio de nombre de la calle, sólo quedaba encargar las placas que debían ir a los extremos de la calle y realizar un acto popular para su inauguración, una vez colocadas en la nueva calle Matías Pérez Marcos.

La realización de las placas metálicas de rotulación de la calle se encargó a Industrias Saludes de Valencia el mismo 29 de agosto: “tales placas deberán llevar el rótulo siguiente CALLE DE DON MATÍAS PÉREZ MARCOS, estampado en alto relieve, con letras blancas, sobre fondo azul, de 25 centímetros de alto, por el largo que dé la inscripción¹³.

Con fecha 11 de septiembre de 1959, una carta de Industrias Saludes notifica al Ayuntamiento de Hervás que ha procedido al envío de dichas placas. El acto popular y multitudinario de inauguración del nuevo nombre de la calle de D. Matías Pérez Marcos se debió llevar a cabo el día 13 de septiembre de 1959, como antesala de las Fiestas del Cristo de la Salud y justo seis años después del primer homenaje tributado en Hervás al mismo D. Matías Pérez Marcos.

No hemos encontrado crónica de este acto de inauguración de las nuevas placas de la calle Matías Pérez Marcos; debemos suponer que, quizá, hubo una misa inicial dedicada a la memoria de don Matías para, después, en acto multitudinario como se ve en la única fotografía que hemos encontrado del acto (facilitada por la familia Duarte Sánchez a quienes mostramos nuestro agradecimiento), proceder al descubrimiento de las placas.


Única imagen conocida del acto de inauguración de placas 

con el nombre de Calle de Matías Pérez Márcos, 1959



Fotografías del enlace Noé Duarte-Rosa Sánchez 

en el que se puede ver a D. Matías y Dª María Pérez Marcos

(Fotografías cedidas por los hermanos Duarte-Sánchez)


Acabamos la entrada con un soneto dedicado por C. Olias a Matías Pérez Marcos, publicado en la revista Medicina y Cirugía Auxiliar de agosto de 1959:

   Yo quiero recordarte sólo en vida,

   que es como pude, en vida, conocerte.

   No puedo recordar, no quiero verte

   en la hora infeliz de tu partida.

   No quiero recordarte con tu herida,

   con la herida del hierro frío, inerte,

   que por salvar tu vida de la muerte

   tronchó tu vida, de dolor transida.

   Yo quiero recordarte afable, bueno,

   compañero querido a todo honor,

   portador de virtudes y bondades.

   Con aquel tu mirar dulce y sereno,

   con tu noble sonrisa de señor…

   ¡Con tu ejemplario de hondas amistades!

                                                                       C. Olias



NOTAS:

¹ LOREN (1990): Hervasenses Célebres II. Revista de Ferias y Fiestas de Hervás. s/n.

² LÓPEZ CALVELO, P.E. (2009): Hervás: de calles y plazas. Política, personajes y acontecimientos en la denominación de sus vías públicas. Asamblea de Extremadura. Mérida; pags. 58-59.

³⁴ Revista Medicina y Cirugía Auxiliar. Agosto 1959; pag. 15.

Diario HOY, 25 julio 1959, pag. 7.

⁶ Archivo Municipal de Hervás. Correspondencia 1953. Leg. 60, cap. 3.

⁷ Diario HOY, 25 julio 1959, pag. 7.

Revista Medicina y Cirugía Auxiliar. Agosto 1959. Año XX. Pags 14 a 16.

Archivo Municipal de Hervás. Libro de Actas nº 35. Legajo CL/40. 1956-1965.

¹º¹¹¹²⁻¹³ Archivo Municipal de Hervás. Expediente sobre homenaje póstumo a D. Matías Pérez Marcos, en atención a sus méritos personales. Legajo 183.

NOTA: El autor del blog quiere agradecer a los hermanos Duarte Sánchez la cesión y autorización para incluir varias de las fotografías que aparecen en esta entrada.

DERECHOS: El texto de esta entrada en el blog TRASUNTOS DE HERVÁS no ha sido nunca publicado. La propiedad intelectual de dicho texto pertenece, por tanto, al autor del blog (Pedro-Emilio López Calvelo).
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