1923 - DICTADURA DE PRIMO DE RIVERA: CAMBIOS EN EL AYUNTAMIENTO DE HERVÁS
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En septiembre de 1923 (concretamente, el día 13) el general Miguel Primo de Rivera, capitán general de Cataluña en esos momentos, propició un golpe de Estado por el que inauguró un régimen dictatorial: empezaba la Dictadura de Primo de Rivera, que duraría hasta su dimisión el 28 de enero de 1930 y que fue sustituido en el poder por otro general: Dámaso Berenguer, cuyo gobierno, que se ha dado en llamar "Dictablanda", se prolongó hasta el famoso 14 de abril de 1931, fecha en la que unas elecciones municipales celebradas dos días antes proporcionaron, como consecuencia, la llegada de la II República (1936-1939).
Como la instauración de la Dictadura de Rivera trajo como consecuencia la sustitución de los ayuntamientos de todo el país y su sustitución por unos nuevos, acordes con el nuevo poder establecido, lo mismo que ha ocurrido hace tan sólo tres meses -afortunadamente ahora por el mecanismo regulado por un sistema democrático-, dedicaremos esta entrada, coincidiendo con su centenario, para comentar estos cambios producidos en el Ayuntamiento de Hervás tras la llegada al poder del general Primo de Rivera.
Quizá conviene empezar señalando, aunque sea brevemente, algunas de las causas que suelen marcarse como generadoras del pronunciamiento militar de Primo de Rivera. La mayoría de los historiadores suelen señalar las siguientes causas:
- La crisis por la que atravesaba el sistema político vigente de la Restauración (por el que se alternaban en el poder los partidos conservador y liberal).
- El descontento que reinaba en todo el ejército español como consecuencia del desastre de Annual (derrota militar en la Guerra de Marruecos que infligieron a las tropas españolas las tropas rifeñas marroquíes comandadas por Abd el-Krim en agosto de 1921 y en la que se produjeron más de ocho mil muertos entre los soldados españoles) y la desconfianza de los militares españoles hacia los políticos del momento.
- El auge de los nacionalismos periféricos -muy especialmente de Cataluña-.
- El triunfo del fascismo en Italia que trajo como consecuencia el acceso al poder de Mussolini.
- El desarrollo de numerosos conflictos sociales: las huelgas y protestas de las clases trabajadoras provocaron numerosas alteraciones de orden público y, como consecuencia, el aumento de las propuestas anarquistas y republicanas.
Todas estas circunstancias favorecieron el desarrollo de un golpe de Estado que, apenas, encontró oposición: el apoyo del ejército, de la oligarquía terrateniente e industrial y de buena parte de las clases medias e, incluso, de la clase obrera, favorecieron el triunfo del golpe militar que se vio, por buena parte de la sociedad española, como una forma de solución, aunque fuera provisional, a los "males de España".
Pues bien, una vez en marcha el gobierno de Primo de Rivera, enseguida se intervino en el control de los Ayuntamientos: "se tomaron medidas para controlar los Ayuntamientos ante la evidencia de que el control político del nuevo sistema se debía asentar en la Administración Local [...], para desalojar del poder a aquellos Alcaldes y Concejales que eran deudores de otro régimen y aunque en su concepción ideológica podían ser afines a los nuevos postulados, sin embargo se asentaban en criterios heredados" (¹).
El 30 de septiembre se emitía un Decreto de disolución y sustitución de todos los concejales de los Ayuntamientos de España, que se llevaría a efecto los primeros días de octubre mediante la intervención de estamentos militares; en concreto, se nombraron delegados gubernativos -en general el comandante de puesto de la Guardia Civil adscrito al municipio y los secretarios de Ayuntamiento- como delegados a su vez de los Gobernadores Civiles en todas las cabezas de partido judicial (dichos Gobernadores Civiles, por su parte, eran cargos militares nombrados como gobernadores por Real Decreto de 15 de septiembre, que suspendía determinados acuerdos de la Constitución vigente y confirmaba el estado de guerra).
El Real Decreto de 30 de septiembre indicaba que:
- "Artículo 1º.- Desde el día de la publicación de este decreto cesarán en sus funciones, finalizando su cometido, todos los concejales de los Ayuntamiento de la Nación, que serán reemplazados instantáneamente por los vocales asociados del mismo Ayuntamiento, quienes sustituirán a los concejales el mismo día, bajo la presidencia e intervención de la Autoridad militar. El alcalde en cada Ayuntamiento será elegido en votación secreta entre los vocales asociados posesionados de los cargos de concejales, que ostenten título profesional o ejerzan industria técnica o privilegiada, y en su defecto los mayores contribuyentes. Los demás cargos concejiles se nombrarán inmediatamente, también por elección, entre todos los demás vocales asociados".
Refiriéndonos ya a la situación de Hervás, en las actas de pleno de Ayuntamiento anteriores al 2 de octubre (hay actas de los días 18 y 30 de septiembre, ya triunfado el golpe de Primo de Rivera, en las que aparece como alcalde de Hervás Pelayo Herrero, que lo era desde abril de 1922) no hacen ninguna alusión al cambio político, en vigor desde el día 13.
Será el día 2 de octubre cuando se celebre una reunión extraordinaria "para dar cumplimiento al Real Decreto de 30 de septiembre anterior" (²). En un lateral del acta aparece una relación de Concejales que cesan (hasta 12, incluyendo al alcalde Pelayo Herrero) y otra lista de Concejales posesionados (otros 12 que formarán el nuevo Ayuntamiento).
"En la villa de Hervás a dos de Octubre de mil novecientos veintitrés, siendo las diez de la mañana, se constituyó en el Salón de sesiones de la Casa Consistorial el Cabo Comandante del Puesto de la Guardia Civil de esta villa Don Ramón Muñoz y Muñoz como Delegado de la Autoridad Militar de la provincia con el objeto de dar cumplimiento a lo dispuesto en el Real Decreto de la Presidencia del Directorio Militar, fecha 30 de septiembre pasado, inserto en la Gaceta de Madrid correspondiente al día de ayer, disolviendo todos los Ayuntamientos de España, sustituyendo los Concejales por los Vocales Asociados de los mismos" (²). Una vez que se retiraron del acto, entregando sus insignias, se constituyó el nuevo ayuntamiento y se procedió a la elección de alcalde por votación secreta entre los vocales asociados: con once de los doce votos emitidos (el otro fue un voto en blanco) salió elegido nuevo alcalde de Hervás Antonio Pérez López, industrial y mayor contribuyente "en el acto fue proclamado por la Presidencia como Alcalde y posesionado en dicho cargo, recibiendo de su mano las insignias correspondientes".
Después, también por votación secreta, se eligió a dos Tenientes de Alcalde (Quintín Hernández Mártil e Inocente García Castellano), al Regidor Síndico (Ramón Fernández Matamala) y a su suplente (Ramón Cáceres Caballero) y al Regidor Interventor (Benedicto Calvelo Amador). Por último, se designó el domingo como el día de la semana para celebrar las reuniones de sesión ordinaria de pleno municipal.
La sesión continuó con la designación de las Secciones en que se dividía el municipio (4 secciones) y la elección por sorteo, con asignación de sección, de los vocales (mayores contribuyentes) que con el Ayuntamiento debían constituir la Junta Municipal. Tras realizar un arqueo extraordinario de fondos, que dio como resultado la existencia de un saldo de 8,407,04 ptas. (4.333,67 ptas. en poder del Agente del Ayuntamiento en Cáceres, 765 ptas. de anticipo a empleados municipales y 3.318,47 ptas. en metálico) recogidas por el Depositario de Fondos Municipales (Pelayo Martín Arroyo) así como los libros y documentos correspondientes, se dio por concluida la sesión.
En una reunión posterior, del día 4 de octubre, se llevó a cabo la constitución y asignación de vocales de las diferentes Comisiones permanentes (Hacienda, Instrucción Pública y Beneficencia, Policía Urbana y Rural, Ornato y Obras públicas, Cárcel del Partido, Festejos, Montes y Consumos). A partir de ese momento el Ayuntamiento constituido estos primeros días de octubre de 1923 empezó a funcionar y a ir resolviendo los asuntos de su competencia.
Esta la situación, sin embargo, no duró mucho tiempo: el 8 de marzo de 1924 se promulgó una nueva normativa reguladora del funcionamiento de los ayuntamientos del país: el Estatuto Municipal de 1924, una fórmula pensada para intentar regenerar la vida municipal e intentar alejar las influencias del caciquismo que, hasta ese momento, había tenido un fuerte ascendente sobre los gobiernos municipales. Pero este Estatuto no llegó a aplicarse en su totalidad ya que las elecciones que preveía no llegaron a celebrarse y los alcaldes fueron nombrados por los gobernadores civiles (figura política con poco poder durante la Restauración -frente al poder ejercido por los caciques- pero que, ahora, se convertirá en controladora del poder municipal).
Esto fue lo que ocurrió en Hervás y ocurrió, incluso, antes de la aprobación del mencionado Estatuto municipal. El día 31 de enero de 1924 se convoca una reunión extraordinaria del pleno municipal para "renovación del Ayuntamiento y de la Junta Municipal". Bajo la presidencia de un Delegado Gobernativo (aún un cargo militar: un capitán de Artillería) se procedió al cese del alcalde, concejales y vocales asociados de la Junta Municipal nombrados en octubre anterior y se procedió al nombramiento y toma de posesión de los nuevos cargos municipales:
- Alcalde-Presidente: Alejandro Cirilo Gómez Castillejo
- 1er. Teniente de Alcalde: Santos González Hoyos
- 2º Teniente de Alcalde: Joaquín Lacruz Cormán
- Regidor Síndico: Antonio Casares Mogollón
- Regidor Interventor Heraclio Herrero González
y otros 7 regidores (concejales) más 12 vocales asociados de la Junta Municipal.
Tras realizar un arqueo extraordinario de fondos municipales (que dio como resultado la existencia de un saldo de 6.426,32 ptas. -5.475 ptas. en billetes del Banco de España, 422 ptas. en plata, 2,02 ptas. en calderilla y 527,31 ptas. en poder del agente del Ayuntamiento en Cáceres-) se levantó la sesión.
En sesión ordinaria del día 3 de febrero el nuevo alcalde-presidente del ayuntamiento de Hervás, que era maestro en la escuela unitaria situada en los locales del antiguo convento Trinitario, tomó la palabra y "pronunció un elocuente discurso saludando a la Corporación y vecindario representado por el público numeroso que presenciaba la sesión, exponiendo después los propósitos que animan a este Ayuntamiento de proceder siempre con estricta justicia, exigiendo a todo el mundo el cumplimiento de sus deberes y respetándoles sus derechos, explicando lo que unos y otros significan, manifestando por último su agradecimiento al Sr. Delegado Gubernativo por la distinción inmerecida de que le ha hecho objeto al honrarle con un cargo de que no se cree merecedor ni con fuerza bastante para desempeñarlo, solicitando la cooperación y ayuda constante de sus compañeros de Concejo para el mejor desempeño de su cometido, y esperando también que los vecinos por su parte contribuirán con su conducta a hacerle más fácil la misión que se le ha encomendado" (³).
Una nueva renovación del Ayuntamiento de Hervás, parcial en este caso, se llevará a cabo en la sesión extraordinaria de pleno municipal del 14 de abril de ese 1924, en la que se trata de "constituir el Ayuntamiento conforme a las disposiciones del Estatuto Municipal vigente" (⁴). En dicha sesión, presidida de nuevo por el Delegado Gubernativo del Partido Judicial cesaron seis de los concejales nombrados en enero y se nombraron cuatro nuevos que, con los otros seis que continuaron en sus puestos, conformarían el nuevo Ayuntamiento de Hervás. Se confirmó como alcalde al maestro Alejandro Cirilo Gómez Castillejo y se nombró primer teniente de alcalde a Joaquín Lacruz Cormán; el segundo teniente de alcalde, Anacleto Hinjos Mandado, se nombró tras votación secreta. Estos tres cargos, alcalde y tenientes de alcalde fueron nombrados como componentes de la Comisión Municipal permanente.
Pero este maestro-alcalde tampoco duró en el cargo demasiado tiempo ya que presentó su dimisión antes de finalizar el año 1924. En la sesión extraordinaria de pleno municipal del 10 de octubre se discute sobre la admisión de la renuncia del alcalde Alejandro Cirilo Gómez Castillejo (también la del concejal Joaquín Lacruz). En este caso, sí se aplicó la normativa del nuevo Estatuto municipal (artículo 133) que establecía votación secreta de la corporación para aceptar o no esta renuncia: es curioso que los concejales, por 4 votos en contra frente a 2 a favor y 1 voto en blanco, no aceptaron la renuncia del alcalde (sí la del teniente de alcalde); pero el maestro Alejandro Cirilo Gómez debió insistir en su renuncia ya que en la sesión de 18 de octubre se está procediendo a nombrar concejalías vacantes y a nombrar nuevo alcalde que, en aplicación del Estatuto municipal -artículo 199- se realizó de nuevo por votación secreta, siendo elegido nuevo alcalde de Hervás, por 9 votos a favor y 1 voto en blanco, Eduardo Cortés Amores a quien se entregó "el bastón como insignia oficial del cargo" (⁵).
Dejamos aquí el relato de los acontecimientos ocurridos en Hervás tras el cambio de gobierno que supuso la llegada al poder del general Primo de Rivera de la que se cumplen ahora cien años (como hemos indicado al principio, coincidiendo también con un cambio municipal en las últimas elecciones). Como se aprecia: 3 alcaldes en poco más de un año tras cuatro ayuntamientos constituidos, una situación de "interinidad" que aún se prologaría ya que Eduardo Cortés Amores dimitió de su cargo de alcalde en febrero de 1925, momento en se nombró alcalde a Francisco Sánchez Peña que, ahora sí, daría estabilidad al cargo de Alcalde y se mantendría en él hasta febrero de 1930, tras la dimisión de Primo de Rivera -que, ya dijimos, se produjo el 28 de enero de 1930- lo que supuso una nueva renovación de la corporación municipal.
Finalizaremos recordando que Miguel Primo de Rivera tuvo su calle en Hervás (⁶). El 3 de noviembre de 1925 se trata en el Ayuntamiento de Hervás sobre un escrito recibido del Ayuntamiento de Linares en la que se propone que los Ayuntamientos del país aprueben la denominación de Bienhechor de la Patria al "Excmo. Sr. Don Primo de Rivera y Orbaneja por los relevantes servicios prestados a la Nación desde su advenimiento al Poder y por la gloriosa página que acaba de escribir derrotando al enemigo africano en Alhucemas y Axdir, poniendo el prestigio de España en el puesto que siempre tuvo en la historia" (⁷). A propuesta del Alcalde, Francisco Sánchez Peña, los componentes del Ayuntamiento de Hervás aprobaron por unanimidad conceder el título de Bienhechor de la Patria a Primo de Rivera. Además, en el mismo acto, el concejal Santos González Hoyos propuso que se pusiera el nombre de "General Primo de Rivera a la calle Esquiñones de esta localidad", circunstancia que fue también aprobada por unanimidad. Esta calle mantuvo su nombre hasta mayo de 1931 en que fue cambiado por el nombre de Avenida de la República (indicar, a modo de curiosidad, que ésta es una de las calles que más veces ha cambiado de nombre dentro del callejero de Hervás: Calle Esquiñones-Calle Primo de Rivera-Avenida de la República-Avenida de José Antonio Primo de Rivera-Paseo de la Estación-).
(¹) Gómez Pedreira, J. A. (2008): La administración local en la Dictadura de Primo de Rivera. Tesis doctoral. UNED. Facultad de Ciencias Políticas y Sociología, pag. 47.
(²) Acta de pleno del Ayuntamiento de Hervás, 2 de octubre de 1923. Legajo CL/35. Libro de Actas Municipales nº 15, pags. 42v a 45v.
(³) Acta de pleno del Ayuntamiento de Hervás, 3 de febrero de 1924. Legajo CL/35. Libro de Actas Municipales nº 15, pags. 74.
(⁴) Acta de pleno del Ayuntamiento de Hervás, 14 de abril de 1924. Legajo CL/35. Libro de Actas Municipales nº 15, pags. 96v-97.
(⁵)
(⁶) López Calvelo, P. E. (2009): Hervás: de calles y plazas. Política, personajes y acontecimientos en la denominación de sus vías públicas. Asamblea de Extremadura, Mérida: pags. 42-43.
(⁷) Acta de pleno del Ayuntamiento de Hervás, 3 de noviembre de 1925. Legajo CL/36. Libro de Actas Municipales.
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