1880: DE CUANDO HERVÁS PROYECTÓ UN IMPORTANTE ENSANCHE URBANO (COMO CONSECUENCIA DE LA CELEBRACIÓN DE SUS FERIAS)
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Nos situamos de nuevo en el siglo XIX que, en opinión de quien escribe, es un periodo fundamental para entender la historia posterior de nuestra población. Y estamos en el último cuarto del siglo, un momento importante en la vida de nuestro municipio: entre 1840-1880 se produce el momento de mayor esplendor y desarrollo de nuestra industria textil, pocos años antes de 1880 se ha producido el traslado de la cabecera de partido judicial desde Granadilla hasta Hervás (con lo que supone de establecimiento de Juzgado y Cárcel de partido, instalación de Registro de la Propiedad,...), se está produciendo un importante cambio en las vías de entrada y sistemas de transporte al municipio (se están trazando los caminos que conducen desde la carretera Cáceres-Salamanca hasta Hervás, se está planificando la futura llegada del ferrocarril), se está gestionando la llegada del telégrafo, etc., etc. Sin duda, un momento de notable ebullición económica y social que se traduce, también, en un proceso de crecimiento demográfico -con una población en aumento que ronda los 4500 habitantes-.
Y en esta tesitura de desarrollo económico, Hervás quiso contar con una feria de ganado que estuviera en consonancia con el desarrollo que se evidenciaba en otros aspectos del municipio. Ya contamos en una entrada de 2021 el origen de esta Feria de Ganados de Hervás (denominada en un principio Feria de la Consolación: De cuando las ferias de agosto se celebraban en septiembre). El caso es que, con independencia de que pudiera estarse celebrando desde algunos años antes, su implantación formal se desarrolló, tras la solicitud al Ayuntamiento de un grupo de vecinos, en 1876. En 1877 ya existen crónicas del importante desarrollo de esta feria, y en esta crónica, un bando municipal, se indica que: "El Ayuntamiento no escatimará sacrificios para continuar el mejoramiento del sitio, caminos y abrevaderos: facilitará los elementos para la construcción de tiendas, casetas y barracas donde puedan colocar sus artículos los especuladores [...] y, sobre todo, velar con especial esmero por la seguridad de las personas y las cosas, de cuantos gusten honrarla con su asistencia" ¹. Este párrafo nos da la clave de lo que pretendemos narrar en esta entrada del blog: el proyecto de un notable ensanche urbano pensado para mejorar las condiciones del desarrollo de la feria de ganados de Hervás, que, aunque no tuvo su desarrollo tal como estuvo pensado, si propició la dirección de una vía de crecimiento urbano del pueblo de Hervás.
Pero antes de contar el desarrollo de este proyecto de crecimiento urbano de nuestro municipio a finales del siglo XIX conviene hacer un recordatorio de cómo se había desarrollado el crecimiento urbano de Hervás en los siglos anteriores. Es sabido que hasta el siglo XVII nuestro municipio estaba formado por un conjunto abigarrado de calles entorno a la iglesia de Sta. María, antiguo castillo que habría sido el origen del primitivo asentamiento de población: unas en la parte baja formando lo que hoy conocemos como Barrio Judío -estructurado en torno a las calles que hoy conocemos como Abajo, Vado, Amistad Judeo-Cristiana, del Moral y sus enlaces- y otras en la parte alta, orientadas radialmente hacia la iglesia y organizadas especialmente por la calle del Collado. La Plaza, en el punto de unión de estos dos sectores urbanos (y, bastante más tarde, la plaza de la Corredera) organizaban los espacios de relación y comercio de la población. En el siglo XVII este conjunto denso de viviendas empieza a crecer en dirección al recién construido Convento e iglesia de Padres Trinitarios, en la zona de los Arenales, exterior al conjunto urbano (desarrollándose esta expansión en calles como la del Convento y la de Vedelejos-Centiñera) y, ya en el siglo XVIII, con la construcción del edificio Enfermería del Convento de la Bien Parada -hoy sede de las Casas Consistoriales de Hervás-, se desarrollará otro eje de expansión con la creación de la calle Carrera (hoy Asensio Neila) -paralela a la citada calle Collado-. Ya en la segunda mitad del siglo XIX, será, fundamentalmente, la creación de los caminos que comuniquen nuestro casco urbano con la carrera Cáceres-Salamanca los ejes que marquen el crecimiento urbano de Hervás (además del relleno de espacios interiores: por ejemplo, es en esta segunda mitad del siglo XIX cuando se completa la edificación de la plaza del Convento).
Con todas estas premisas, económicas y urbanas, podemos entender mejor el proyecto de ensanche que las autoridades municipales de Hervás aprobaron en 1880. En un extenso texto de acta, durante la sesión ordinaria de pleno municipal del día 4 de julio de ese año de 1880, se pone de manifiesto que, puesto que están próximas a celebrarse las ferias que fueron aprobadas en sesión de agosto de 1876, había llegado el momento de procurar favorecer la concurrencia y la importancia que se pretendía, y de hacer buenas las intenciones del bando municipal de 1877: el Alcalde-Presidente, Álvaro Hernández, indicaba "[...] que con el propósito de que la feria sea concurrida era preciso construir casetas o barracas o hacer estensiva la localidad a la parte alta del Lomito, para lo cual proponía que, teniendo en consideración el fomento y agrupación del vecindario que por término medio ocupan dos vecinos una casa, convenía ceder terrenos gratuitamente a los vecinos para prolongar la calle de la Tenería (que se extendía desde la Casa Consistorial en dirección hacia el cementerio y una de las salidas de la población) o edifiquen en línea recta a los lados de la Ermita del Robledo, y de este modo, no sólo se conseguiría poblar la parte alta del Lomito y la baja del Robledo, limitando con la calle de este nombre, sino que también por la forma que se impusiera a las casas cuyos terrenos se cedieran, que éstas sirvieran del albergue para los expositores, feriantes y concurrentes, pues era sabido que cuando había llubias lebantaban sus tiendas los vendedores con pérdidas de consideración por efecto de éstas, aconteciendo que no volvían a concurrir por dichas circunstancias, que era necesario evitar a todo tranco si se quería hacer progresar la feria" ².
Fueron haciendo uso de la palabra diferentes miembros de la corporación municipal: el Sr. Peña (Casto Peña era Teniente de Alcalde) propuso que el Ayuntamiento, en la medida de sus escasas posibilidades económicas, construyera casetas de madera para albergue de los vendedores que se extendieran frente a la Ermita de los Mártires (hoy ermita de San Antón) y, a derecha e izquierda, hacia la plaza de Nápoles, circunstancia que fue aceptada por varios de sus compañeros "[...] y conviniendo en la necesidad ineludible de ensanchar la población por la parte de la Ermita y la parte del Robledo bajo, en dirección a la fuente del Aliso; conviniendo también en la imposibilidad absoluta de costear las barracas por cuenta del Ayuntamiento por carecer de fondos para ello" ³.
Tomó de nuevo la palabra el Sr. Alcalde para resumir el debate: "[...] y propuso que no quedando otro recurso para dar vida a la feria que el de ensanchar la población por la parte alta del Lomito y baja del Robledo, y obligar a construir casas rústicas con soportales, debía acordarse esto mismo, por cuyo medio había de escitarse el interés del vecindario para su mayor comodidad y de los concurrentes y asistentes a las ferias [...]" ⁴.
Ya estaba planteada, por tanto, la necesidad de construir un ensanche urbano de nuestro municipio. Vino a continuación la lectura, por parte del Secretario municipal, de la Ley de ensanche de las poblaciones y su Reglamento (diciembre, 1876 y febrero 1877) que fijaban las reglas que debían seguirse para construir el ensanche (en aquellos momentos aún no existían Normas Subsidiarias de Urbanismo, ni Planes Generales de Ordenación Urbana, ni legislación urbana similar). No obstante, el Alcalde advirtió "[...] que su espíritu y ordenación sólo pueden ejercer su imperio y ser obedecidas cuando los Ayuntamiento no disponen de terrenos de su indiscutible propiedad; que el destinado para la feria ha venido siempre siendo un verdadero punto de desahogo del vecindario por los paseos que contiene y para los ganados por el aprovechamiento de pastos" ⁵.
Llegados a este punto, se dio por suficientemente aclarado el tema y, por unanimidad, se aprobaron los siguientes puntos, tal como aparecen literalmente escritos en el acta del día 4 de julio:
1º- Se declara Zona de ensanche de esta población los terrenos de la propiedad del Ayuntamiento denominados el Lomito y Robledo, osea, toda la estensión destinada para la feria por acuerdo del Ayuntamiento de 1876.
2º- Los vecinos que deseen construir casas en dicho ensanche, se les designará el terreno y forma de construcción, sin devengar por esta cesión cantidad alguna.
3º- Las casas que se construyan serán de vecindad, con soportal sobre columnas de madera o hierro y en línea recta a derecha e izquierda de la Ermita de los Mártires, dejando una calle de ocho metros de anchura y ésta en dirección al paseo de la plaza de Nápoles.
4º- Así mismo, se concederán terrenos para construcciones y bajo referidas formas en la parte baja del Robledo, formando calle en dirección a la fuente del Aliso.
5º.- Dichas construcciones servirán para mayor anchura del vecindario, y por su forma o construcción, para establecer en ellas los puestos de los feriantes y concurrentes y sirvan también de resguardo de las aguas fluviales; y
2º- Los que edifiquen casas contraen la misma obligación de dar en los portales alvergue a los vendedores que expongan su comercio a la venta en los días de feria sin devengar cantidad alguna por la cesión o alquiler hasta que se acredite suficientemente la feria.
3º- Los terrenos o solares que se señalen serán los más próximos a las edificaciones de Hervás, entendiéndose por éstas la Ermita al frente y a derecha e izquierda de ésta.
7º- Se reserva el Ayuntamiento el terreno que viere conveniente para edificar dos casas habitaciones para los guardas y demás usos a que puedan ser destinadas.
8º- Para verificar el señalamiento de terrenos que se concedan se nombra una comisión compuesta de los tres Concejales D. Juan Waldo, D. Enrique López bajo la presidencia del Alcalde ⁸.
Hasta aquí la información que nos aporta la documentación que hemos podido encontrar en el Archivo Municipal de Hervás. No hemos hallado más información sobre cómo evolucionó la concesión de licencias para construir o de cómo se fue ocupando el espacio para los distintos puestos (ganaderos y de otro tipo de atracción ferial) de la renombrada feria de ganados de Hervás que, hasta los años 50 del siglo XX, se siguió celebrando en el mes de septiembre. Lo que es evidente, a vista de cómo es hoy Hervás, es que el pretendido ensanche urbano de Hervás no se desarrolló tal como se planificó por la corporación municipal en 1880, desde la ermita de los Santos Mártires hacia la plaza de Nápoles y desde ahí hasta la zona más baja del Robledo.
En algún momento, sobre el espacio donde debía haberse desarrollado la construcción de viviendas con soportales programada en 1880 y ya en las primeras décadas del siglo XX, se hizo una plantación de pinos en el tramo cercano a la plaza de Nápoles -el espacio que hoy conocemos como Los Pinos- y se abrió un amplio espacio intermedio donde se colocó, sobre una pequeña colina, un crucero -las Tres Cruces- y se colocó una fuente -hoy desaparecida-. También se derribó la mencionada ermita de los Santos Mártires y, ya en los años 50 del siglo XX, se construyó la nueva ermita dedicada a San Antón.
En el Robledo bajo, cercano a uno de los caminos que enlazaba con la carretera Cáceres-Salamanca, se construyó un vivero municipal y, más tarde, un bonito parque-jardín que aún disfrutamos hoy en día; sobre el espacio que ocupó el citado vivero se construyó, ya en los años 60 del siglo XX, la piscina municipal -ampliada después y modificada hasta lo que conocemos en la actualidad-. Y finalmente, por resumir mucho todo el proceso urbanístico experimentado en la zona en la que se programó el ensanche urbano de 1880, se planificó y se fue construyendo -en las décadas de los 60-70 del siglo pasado- la urbanización de chalet de San Antón -con su hotel turístico- pensados, inicialmente, para alojar a una población veraneante que iba creciendo de forma notable desde mediados del siglo XX.
¹ Ayuntamiento de Hervás. Revista de Ferias y Fiestas, 1972; pag. 31.
² ᵃ ⁶ Archivo Municipal. Libro de Actas de las sesiones que celebra el Ayuntamiento, 1880. Acta de 4 de julio de 1880. Legajo 28, carpeta 1.
⁷ ⁻ ⁸ Archivo Municipal. Libro de Actas de las sesiones que celebra el Ayuntamiento, 1880. Acta de 11 de julio de 1880. Legajo 28, carpeta 1.
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